Lionel Valentín
Publicación autorizada por Lionel Valentín Calderón, artista, escritor y Siervo del Señor.
MIGUEL LOPEZ ORTIZ– Este artista irrepetible fue uno de los dos humoristas – el otro fue José Miguel Agrelot (1927-2004) – más exitosos en el ambiente artístico nacional durante la segunda mitad del Siglo 20. Igualmente, una de las estrellas representativas del intenso ciclo que experimentó la cinematografía puertorriqueña a lo largo de los ’60. A la temprana edad de nueve años se incorporó al elenco fijo de Circo Hermanos Rodríguez, que recorría los municipios de la región Oeste de nuestro país. Su principal acto consistía en caracterizar al «Negrito Cocorocó», payaso que imitaba a los famosos Ramón Rivero «Diplo» y Juan Boria.
A los 17 y, a raíz de concluir sus grados académicos regulares (1951), Adalberto Rodríguez se trasladó a Río Piedras para ingresar a la Universidad de Puerto Rico con miras a obtener un Bachillerato en Administración Comercial y, luego, cursar la carrera de abogado. Al poco tiempo – y paralelamente a sus estudios – consiguió colocarse como locutor en la radioemisora WIAC.
Tanto su etapa estudiantil como su actividad radial tuvieron que recesar al ser reclamado para cumplir su obligación militar con el Ejército norteamericano. Durante el período 1953-1955 integró la División 82 de Paracaidismo con base en Fort Bragg, Carolina del Norte. También combatió en la guerra de Corea. De vuelta a Puerto Rico, reinició sus estudios de Administración Comercial en la UPR, los cuales culminó en 1957. Un año más tarde, en 1958, emprendió definitivamente su carrera actoral creando el personaje del simpático borrachito «Traguito», que dio a conocer a través de «El chiste Betis», serie de cuñas humorísticas que la empresa elaboradora del aceite de oliva de esa marca patrocinaba en Telemundo.
Sin embargo, su creación consagratoria sería el de «Tiburcio Pérez», el vitalicio «Alcalde de Machuchal»… un «jíbaro aguzao y buen jembro», a quien todos preferían llamar, sencillamente, «Machuchal». Lo dio a conocer a través de «El show del mediodía» que Fidel Cabrera animaba de lunes a viernes en la emisora WIAC AM y a cuyo elenco artístico perteneció durante el período 1959-1965. Más adelante, también lo interpretó en «¡Viva la juventud!», que cada tarde emitía WAPA Radio (1961-1963). Un dato que vale la pena aclarar es que, a diferencia de lo que la inmensa mayoría del público cree, este gran actor no era originario del barrio Machuchal de Sabana Grande. Su progenitora sí era nativa de allí. Él había visto la primera luz y se crió en la casa localizada en la intersección formada por las calles Luis Muñoz Rivera y Francisco Mariano Quiñones en el mismo centro del pueblo.
Sea como sea, es obligatorio recalcar que la inmensa popularidad y el cariño que esta caracterización alcanzó a disfrutar entre los puertorriqueños tuvo como verdadero punto de partida su incorporación, a nivel de protagonista, a «La Taberna India» – programa auspiciado por la Cerveza India e instituido por el polifacético e inmortal Ramón Rivero «Diplo» al nacer la televisión boricua en marzo de 1954 – que, en esta nueva etapa, Telemundo / Canal 2 emitió cada viernes de 7:00 a 7:30 de la noche. El elenco permanente que lo acompañaba era de antología: Paquito Cordero – también productor del espacio – en su interpretación del ngrito «Reguerete»; Elín Ortiz Reyes («Reliquia»); Luis Vigoreaux («Meneíto») y, en variadas personificaciones, René Rubiella, Lis Alberto «Che» Martínez, Fernando Hidalgo, Normita Suárez, Félix Antelo, etc. Permaneció doce años en cartelera (1960-1972) y, durante los primeros nueve, dominó de manera ininterrumpida todas las encuestas de sintonía televisiva. Después de 1968 compartió en varias oportunidades su privilegiado primer lugar con la serie de vaqueros norteamericana «Bonanza» – su más cercano competidor – y la novela «La mujer de aquella noche (Renzo el gitano)».
Tan profundamente caló «Tiburcio Pérez» en el corazón de sus compatriotas, que su creador se hizo merecedor de distinciones tan peculiares como haber sido proclamado Alcalde Honorario del Barrio Machuchal, amén de Hijo Predilecto de Sabana Grande (1965), así como Miembro Honorario de la Asociación de Alcaldes de Puerto Rico (1972). También se proclamó el Día de Machuchal en el estado norteamericano de Massachussets (julio 20, 1965). Además, recibió todos los galardones a que podrían aspirar los artistas nacionales de su generación: Agüeybana de Oro, Cordero de Oro, Yunque de Oro e, incluso, el Premio Candilejas instituido por el Diario-La Prensa de Nueva York. Organizaciones cívicas y culturales, igualmente, lo colmaron de reconocimientos.
A pesar de que, durante más de dos décadas, había recorrido la mayoría de las salas de espectáculos de Puerto Rico y Nueva York presentando sketches humorísticos como parte de revistas de variedades producidas por Paquito Cordero, su debut oficial en el campo teatral aconteció con la comedia francesa «Todos para una», de André Roussin, que Nino Roger dirigió en el Teatro Sylvia Rexach de San Juan durante tres fines de semana a partir del 8 de septiembre de 1983. En aquella pieza compartió créditos protagónicos con el mayagüezano Adrián García y la argentina Raquel Montero.
Durante el final de la década de 1970 y principios de 1980, trabajó en varios programas producidos por Paquito Cordero en Telemundo. Entre ellos, «Los Kakukómikos». A partir de 1990 mantuvo una audición propia en WALO AM de Humacao; fue figura central de «La Taberna Budweiser» – que pretendía recrear y revivir la atmósfera del otrora exitoso espacio – «La Taberna India» en WAPA TV / Canal 4 y, finalmente, integró el elenco de «El cuartel de la risa», en WLUZ TV / Canal 7.
Este inolvidable actor jamás se casó ni tuvo hijos. Sin embargo, fue padrino de numerosos niños.
Filmografía básica
Discografía
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