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Un espiritu histórico no puede tener dudas de que ha llegado el momento de la resurrección del pasado, de la afirmación del presente y la esperanza del futuro. Esto es parte de ello.

Antigua Puerta de Santiago

Johnny Torres Flores –La Puerta de Santiago, localizada en el lado sur del Castillo de San Cristóbal. La Puerta de Santiago fue construida en 1635-1641 por  el Capt. Gen Iñigo De La Mota Sarmiento, quien dejó su propio escudo de armas esculpido a ambos lados del escudo real.   Tenía esculpida una imagen del santo. «Está el glorioso Santo», dice Torres Vargas, refiriéndose a ésta, «de busto sobre un caballo de buena escultura». Habíase colocado, además, sobre cada puerta, debajo de las armas reales, en las dos que construyó Mota y Sarmiento, una inscripción tomada del Salterio, libro del Antiguo Testamento que contiene las alabanzas de Dios y de Jesucristo. Leía la de Santiago, Nisi Dominus custodierit civitatem, frustra vigilat qui custodit (Si el señor no guarda la ciudad, en vano vela quien la custodia). Los terrenos fuera de las murallas se denominaron extramuros. 

La puerta principal de acceso terrestre a la ciudad murada de San Juan era por la Puerta de Santiago, conocida como la Puerta de Tierra. Por eso el nombre del barrio  que se fue poblando de bohíos hasta que en 1771 ya llegaban a las cercanías de las imponentes baterías del Fuerte San Cristóbal. Salir de San Juan por el camino de tierra envolvía un complicado proceso.  La puerta de Santiago no abría a la campiña. Abría a un puente  levadizo sobre un foso, con potentes poleas y cadenas para levantarlo en un momento dado, que daba al revellín del Príncipe. Había pues, que cruzar el revellín y penetrar en una perforación  de sus muros para salir a otro puente que salva un segundo foso y de allí a una vereda hacia el fortín de San Antonio, en el Puente del Agua al extremo oriental de la Isleta.

Grandes sectores de estos terrenos de la isleta que componía el ejido original de la ciudad de San Juan estaban bajo la jurisdicción  de las autoridades militares, que los mantenían libres de estorbo por ser esenciales para el uso de las tropas. En el centro del sector estaba el polvorín del Escambrón y lo cruzaba la segunda línea de defensa compuesta por una serie de murallas de baja altura que cortaban al paso a las tropas que pudieran atacar desde Cangrejos. El «Gran Huracán» del 1780 barrió los endebles bohíos y solo quedaron en pie las fortificaciones y líneas de defensa. El territorio extramuros de Puerta de Tierra tenía una extensión de aproximadamente 260 cuerdas, antes de la desecación de los manglares en el Caño San Antonio. El resto eran terrenos pantanosos cubiertos por espesos bosques de mangle.

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