Lionel Valentín
Publicación autorizada por Lionel Valentín Calderón, artista, escritor y Siervo del Señor.
Osvaldo Tubéns -Esta casona estilo vernáculo o criollo, es una de las propiedades de mayor importancia del casco urbano de Añasco, perteneciente a una de las familias más prominentes del pueblo.
A principios del Siglo XX la residencia fue adquirida por don Rafael Arrillaga, farmacéutico de profesión y uno de los fundadores de la Logia Segunda Esperanza núm. 4. Además ocupó el cargo más alto en la masonería puertorriqueña cuando fue electo como el cuarto Gran Maestro de la Gran Logia Soberana de P.R. durante los años 1894 al 1898 la cual para ese tiempo su sede era en la ciudad de Mayagüez.
La propiedad, ubicada en la esquina de las calles Ibáñez y 65 de Infantería -Carr. 109-, enfrenta una de las equinas de la plaza pública, la fachada lateral mira hacia la carretera 65 de Infantería que es la calle principal del casco urbano. La estructura está construida en madera y elevada sobre el nivel de la carretera en un podio fabricado en mampostería. El techo a cuatro aguas, actualmente en planchas de zinc rojo, se considera que originalmente estuvo cubierto en tejas de barro.
A lo largo de las dos fachadas principales de la casa corre un balcón en planta de L, con barandas en hierro, característico del siglo 19, con un diseño muy particular. El techo del balcón se apoya sobre columnas de madera cuadradas, unidas por arcos rebajados, 6 arcos hacia la calle Ibáñez (plaza del pueblo) y 4 hacia la fachada lateral. En la fachada lateral se encuentra una sencilla escalinata en el cuarto arco que da acceso a la entrada principal. La planta original en L de la casa ha sido alterada por la adición de habitaciones, por lo que actualmente tiene una planta rectangular.
A través de la entrada principal se accede a un ancho pasillo que funge como ante sala de la casa, a la izquierda se encuentran puertas dobles en madera y cristal esmerilado que dan acceso al cuarto de música y Sala principal, ambas estancias con puertas dobles que dan acceso al balcón. Al fondo de la antesala se accede al comedor formal. Una tercera puerta doble que lleva a la habitación matrimonial, que enfrenta la calle Ibáñez, y se ubica contigua a la sala principal. En la parte posterior de la casa ubica la cocina, despensa, almacén, el comedor de diario y varias habitaciones que han sido añadidas en la segunda mitad del Siglo XX.
En el mismo lote y prácticamente anexado a la estructura antes mencionada se encuentra una estructura estilo colonial que al igual que la casa vernácula data de principios del siglo XX. Está estructura albergó por muchos años el antiguo correo del pueblo de Añasco.
Aledaña a la Casona, estuvo ubicada la residencia Pesante Bracetti, hogar de doña Mariana Bracetti, hoy demolida.
La casona conserva en gran medida su integridad.
Historia de la Residencia
Conocida como la Casa Pagán Bianchi Arrillaga, fue construida en 1856, residencia original de la familia Pagán – Bianchi, hacendados azucareros de Añasco. Ocupa un lote de esquina frente a la Plaza Principal de Añasco, ángulo noreste de la Plaza, al otro lado de la parroquia del pueblo, Iglesia San Antonio Abad.
Familia Pagán Bianchi
Doña Luisa había enviudado un par de años antes al fallecer su esposo Juan Bianchi, quien había sido igualmente un próspero hacendado azucarero natural de Mayagüez.
Los dueños originales de esta casona eran los propietarios de la Hacienda Pagán, fundada en Añasco para principios del Siglo XIX y existió bajo este nombre hasta 1918. La hacienda estaba localizada a sureste del pueblo, cerca de la Estación del Tren; el Rio Daguey atravesaba los terrenos de la Hacienda.
Don Juan Bianchi, nacido en Mayagüez, fue el fundador de la Hacienda Pagán. Bianchi, contrajo matrimonio con Luisa Bracetti, presumiblemente tía de la heroína nacional Mariana Bracetti Cuebas – “Brazo de Oro”, una de las grandes figuras de la Revolución de Lares en 1868.
Luego de la muerte de Juan Bianchi in 1827, Luisa se casó con don Manuel Pagán Río hacia 1831. El matrimonio Pagán-Bracetti llega a configurar, a lo largo de sus 50 años de matrimonio, la agrupación de 16 fincas (incluyendo los terrenos de las antiguas y extintas haciendas azucareras “Úrsula”, “Librada”, “Cipriana” y “Elisa”) que, en total, llegan a conformar 1,434 cuerdas de cabida (unas 574 hectáreas) que se extendían por las amplias vegas y sabanas de los barrios de Añasco Arriba, Carreras, Espino, Ovejas y Río Cañas, de Añasco, así como por las del barrio Sabanetas de la jurisdicción de Mayagüez.
Para 1879, Pagán moderniza las instalaciones iniciales de un ingenio movido por vapor con su primitiva batería de pailas (tren jamaiquino), cuando adquiere los terrenos de la antigua Hacienda Inés y comienza a producir azúcar cruda granulada. Es para este momento en que Manuel Pagán emite una serie de monedas de los valores de 5, 10 y 25 centavos de peso fuerte, todos en latón (bronce amarillo), conociéndose piezas de los valores de 10 y 25 conteniendo enchapado de cobre. En 1881 fallece don Manuel Pagán Río.
Juan Bianchi Bracetti, único hijo de Luisa Bracetti y Juan Bianchi, fue criado y educado como hijo adoptivo de Pagán, llegando a convertirse él y su madre, en sus únicos herederos, ya que don Manuel y doña Luisa no llegaron a procrear hijos propios durante su matrimonio de 50 años. Ello nos explica por qué al morir Juan Bianchi a los 73 años de edad en 1902, su nombre aparece en la correspondiente acta de defunción como “Juan Bianchi Pagán”, pero “hijo de Luisa Bracetti”. Tras la muerte de Pagán, la Hacienda fue heredada por su hijo adoptivo Juan Bianchi (Bracetti) Pagán (1829-1902) también conocido como Juan Bianchi Pagán. Este fue quién hizo construir la casa original en 1856.
Juan, procreó con su esposa Rosario Rosafá Estrada cuatro hijos (Rosario, Juan Luis, Estela y Francisco, todos apellidados Bianchi Rosafá).
Para 1864, la casa pasa a ser propiedad de su hijo Juan Bianchi Rosafá. Además de la Hacienda Pagán, Bianchi fue propietario de la Licorería Bianchi, Ron Bianchi, y Comunidad Agrícola Bianchi.
La hija mayor, Rosario, se casó con el colindante agricultor azucarero José Monagas García, propietario de la Hacienda Josefa, y al éste fallecer en 1886, ella pasa a heredar, junto a su niña de apenas 1 año de edad (Rudecinda Rosario Monagas Bianchi) la totalidad de los terrenos de la referida hacienda de cañas dulces, los que son incorporados como colonia del sistema de la en lo sucesivo pasaría a llamarse, más apropiadamente, la “Central Pagán”.
Hacia 1902, conforme a los datos que ofrece J. Ferreras Pagán en su obra “Biografía de las riquezas de Puerto Rico. Riqueza azucarera”, Tomo I, San Juan, 1902, pág. 101) la Central Pagán producía unos 20,000 sacos azucareros (200 libras @), esto es, 2,000 toneladas por zafra. Su producción estaba, pues, al nivel de rendimiento en ese momento de la Central Coloso de Aguada, la Central Los Caños de Arecibo y de la Central Carmen de Vega Alta, entre otros importantes y grandes molinos azucareros de Puerto Rico.
Ese mismo año de 1902 fallece don Juan Bianchi (Bracetti) Pagán. Sabemos que su hijo menor, Francisco Bianchi, se queda administrando la instalación de molienda y producción de azúcar de este gran emplazamiento azucarero. Para 1910 la Central Pagán fue arrendada a la Guánica Central.
Los demás hijos de Juan Bianchi aparecen desempeñándose como comerciantes en la ciudad de Mayagüez o integrados en actividades económicas en empresas azucareras de otras localidades de la región. Francisco es el único que permanece residiendo en Añasco y manejando sus intereses mercantiles en la propia población, donde fallece soltero, de unos 80 años de edad, a mediados de los 1940.
La nieta de don Juan Bianchi, Rudecinda Rosario Monagas Bianchi ―heredera de la gran porción del emporio que correspondía a su padre José Monagas― contrajo matrimonio con el poderoso comerciante, inversionista azucarero, hacendado cafetalero, etc., Oscar F. Bravo González.
Aparentemente el fraccionamiento por requerimiento de liquidaciones de porciones hereditarias, fue mermando y desintegrando gradualmente lo que una vez habían sido las extensas tenencias e intereses azucareros de la Sucesión Bianchi Pagán en Añasco.
Para 1944 del fundo original restaban solamente unas 170 cuerdas. Y ya hacia 1950 esa porción es adquirida por propio abogado de la Sucesión, el legendario personaje Miguel Ángel García Méndez, apareciendo como arrendatario de las mismas, en 1956, su concuñado, el empresario y político Luis A. Ferré Aguayo, disfumándose así, en el proceso, lo que una vez fue la Factoría de Manuel Pagán Río en Añasco.
El predio donde hoy se conservan las ruinas de lo que una vez fue la Central Pagán ―cuya chimenea se vino abajo tan reciente como 1996 por los efectos de los vientos y las inundaciones producidas por el huracán “Georges”― y el área de viviendas aledaña, se conoce hoy como la “Comunidad Pagán” del barrio Añasco Arriba del municipio de Añasco. Se trata de unas 15 residencias ocupadas mayormente por personas y descendientes de los trabajadores que laboraron en lo que fue originalmente la Central Pagán, y posteriormente la colonia cañera conocida con ese apellido. En el lugar el Sr. Armengol Guzmán Alicea y sus hijos mantienen arrendadas las últimas 170 cuerdas de la hacienda, que todavía pertenecen a la sucesión de García Méndez.
Con la reactivación de la Central Coloso, y el reinicio de la siembra de caña de azúcar en la región, con el objeto de la producción de mieles ricas para abastecer las destilerías Serrallés de Ponce y la Bacardí de Cataño, parece que la Comunidad Pagán tiene una perspectiva de revivir positivamente el esplendor azucarero del que una vez disfrutó.
Familia Arrillaga
Para principios del Siglo XX, la Residencia Pagán- Bianchi fue adquirida por la otra prominente familia añasqueña, la familia Arrillaga.
Don Rafael Arrillaga Rogue nacido en Añasco, fue farmacéutico de profesión y uno de los fundadores de la Logia Segunda Esperanza Núm. 4 en dicho pueblo para 1884. Además ocupó el cargo más alto en la masonería puertorriqueña cuando fue electo como el cuarto Gran Maestro de la Gran Logia Soberana de P.R. durante los años 1894 al 1898 la cual para ese tiempo su sede era en la ciudad de Mayagüez. La “Respetable Logia Rafael Arrillaga núm. 110” fue nombrada en honor a él. Casó con doña Concepción Torrens.
Aledaño la casa, el farmeceútico Arrillaga tenía una fábrica donde producía medicamentos, y su esposa Concepcion diseñaba y pintaba las etiquetas para los diferentes envases.
En 1913, nació en esta casona don Rafael Arrillaga Torrens, hijo del farmacéutico. Este se considera una de las figuras más relevantes en la vida pública de Puerto Rico a lo largo del siglo XX, tanto por su prestigio intelectual -adquirido en campos tan aparentemente alejados entre sí como la medicina y el pensamiento filosófico- como por su presencia destacada en las instituciones políticas y educativas de su nación.
En 1932, obtuvo un bachillerato en matemáticas y físicas de la Universidad de William and Mary, una de las más antiguas y reconocidas en E.E.U.U. En 1936 se graduó de medicina de la Universidad de Yale. Realizó su entrenamiento de postgrado en la Clínica Mayo y en John Hopkins, y en el Instituto de Cardiología de México.
A su regreso a la isla, comenzó su práctica de Cardiología y simultáneamente iniciar una carrera política. En las elecciones de 1940 fue electo a la Cámara de Representantes por el Partido Socialista. El Dr. Arrillaga dió su voto para ayudar a que el programa del Partido Popular fuera aprobado. Eso lo llevó a ser elegido presidente de la Cámara de Representantes de 1943 a 1944.
Retirado de la política, se dedicó a la práctica de la medicina en el Professional Hospital de Santurce.
Fue Director del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, y autor de varias obras literarias, entre ellas: Memoria de un viaje en el tiempo, (1963); La filosofía griega; una introducción al pensamiento moderno (1976), Introducción a los problemas de la historia, publicada (1982); La naturaleza del conocer publicada (1987).
Fue también miembro de número de la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española, de la Academia de Artes y Ciencias de Puerto Rico y del Colegio Americano de Cardiología, entre otras instituciones culturales y médicas. Recibió doctorados honoris causa de William and Mary University y de la Universidad de Puerto Rico.
En la década de 1970, el Dr. Arrillaga fue nombrado al Consejo de Educación Superior. Durante el periodo que fungió como miembro del Consejo se preparó el Reglamento de la UPR del cual el Dr. Arrillaga fue coautor. El Dr. Arrillaga falleció en 2006.
La Casona fue adquirida por Hector Stella Ampriani, esposo de doña Olga Arrillaga Torrens, hermana del Dr. Arrillaga Torrens. Allí criaron sus hijos. Los esposos Stella Arrillaga, fallecieron hace unos 10 años. La propiedad se conserva por sus heredores.
Compartelo en tus redes sociales favoritas