Lionel Valentín
Publicación autorizada por Lionel Valentín Calderón, artista, escritor y Siervo del Señor.
Cueva Lucero está localizada al sureste del cerro con una elevación de aproximadamente 445 m. Se desarrolla en caliza blanco-grisáceo, dura y recristalizada del Eoceno medio al Paleoceno superior (Acevedo, 1996). Se constituye de dos pasillos principales orientados uno hacia el noroeste, otro hacia el noreste y un tercer pasillo hacia el sur, se proyectan de un gran salón con una claraboya, formada luego que colapsara el techo.
La extensión de la gruta es de 220 m, medidos a lo largo del eje de las galerías. La altura de las bóvedas es variable entre unos 25 m (altura máxima concebida en el área de la claraboya) hasta menos de 0.5 m en la galería del petroglifo Tótem (Acevedo, 1996). El gran salón tiene una dimensión de 25 m de largo por 20 m de ancho. Se puede evidenciar poca fauna en la cueva, relacionando esto a la alta intrusión de visitantes que recibe.
En la cueva se pueden apreciar una gran cantidad de pictografía y petroglifos que resaltan la importancia de la cueva en la cultura precolombina de la isla, así como la posible relación de estos con otras culturas (Acevedo, 1996).
Lucero presenta en sus paredes una cronología de grabado de muchos de sus visitantes, esto desde principio del siglo XIX, incluso sean han superpuesto sobre el arte rupestre. A pesar de la insensibilidad de muchos de sus visitantes aún mantiene su ponderación y es un lugar propicio para deleitar los encantos del mundo subterráneo, sobre todo a nuestros impúberes, por el nivel de riesgo bajo que representa.
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