Lionel Valentín
Publicación autorizada por Lionel Valentín Calderón, artista, escritor y Siervo del Señor.
Me parece triste, aunque oportuno, tener que aclarar esto de las pendejás en el Título del Libro, porque estoy cometiendo un suicidio literario que me priva de comenzar con frases pomposas, de esas que nadie entiende, citando a un gran literato. Muchos se sentirán ofendidos o molestos. Los menos se gozarán esta diatriba literaria. Los moralistas abandonarán el barco y nosotros naufragaremos en la aventura del absurdo. AL final todos saldremos ganando.
Nuestro idioma -el Español de Puerto Rico- el español vulgar, el que habla el pueblo, no ese del que alardeamos en las veladas poéticas, nos permite ser irónicos y burlones cuando nos venga en gana. Mas con licencias poéticas o sin ellas hay una verdad que podríamos llamar absoluta: un pendejo será siempre un pendejo. No creo que puedan aplicarse medios tonos. Parafraseando al caballo aquel que fuera gobernador de Puerto Rico que sentenció: «Se es honesto o no se es. No se puede ser medio honesto»
Podemos, entonces, estipular que: «Se es pendejo o no se es. No se puede ser medio pendejo»
Me confieso Pendejo. Por el correr de los años, el cansancio de todas mis virtudes y el hastío de todos mis pecados, unido a las acciones de los líderes del Partido al que me honré pertenecer abandoné las afiliaciones políticas.
Estoy consciente de que esto me acarreará muchos enemigos, mas es bueno que sepan que tengo «la frente acostumbrada a la tormenta». Siendo independentista me casé con una PNP. Estoy acostumbrado a dormir con el enemigo y nunca he rehuido una buena batalla.
La ventaja de no pertenecer a ningún partido será que los molestaré a todos por igual, o como decía mi amigo Eddie López, «los ofenderé a todos por igual».
Buscando en mi alacena de recuerdos encontré un montón de pendejás. Muchos criticarán el uso de pendejás y pendejos en el título del libro, mas quiero que entiendan que no es una mala palabra.
Como aquí -en Puerto Rico, y lo especifico pues espero y confío que este libro se haga internacional-, todo hay que buscarlo en los diccionarios veamos lo que nos dicen referente a la pendejá.
La RAE nos dice que tal palabra no existe en su diccionario y nos da por palabra correcta «pendejada» la que nos define como tontería -dicho o hecho tonto, cosa de poca entidad o importancia, grupo de chicos jóvenes, dicho o conducta infantil.
Por otro lado tenemos que el Diccionario de Americanismos si incluye la «pendejá» y lo define como «acción que cometen los pendejos, hecho o situación molesto, deshonestidad, cosa de poca entidad, cobardía». Ahora, si la pendejá o pendejada -me imagino que los cultos dirán pendejada y nosotros los incultos preferiremos pendejá por aquello de que imprime más fuerza a la intención-, es la acción de un pendejo, veamos entonces que es un pendejo.
La RAE nos dice que la palabra proviene del latín pectiniculus, de -pecten-, y de inis -vello púbico-. Aquí confieso como que me perdí pues no entendí cómo un vello púbico podía cometer una acción. Pero si los españoles lo dicen pues hay que aceptarlo, ya que somos tan mamaos que tenemos que aceptar y respetar lo que digan los españoles y los federales de USA, aunque sea una pendejá.
Al continuar leyendo me di cuenta que no se refería a la acción del vello púbico sino a las acciones que cometen los humanos a causa de un vello púbico.
La definición sigue: tonto, estúpido; cobarde, pusilánime; de vida irregular y desordenada; astuto y taimado; muchacho, adolescente; pelo que nace en el pubis y en las ingles.
Los federales de USA nos la definen como: foolishness; silliness; bothersome situation; dishonesty to get ahead; nonsense; insignificant thing; cowardice; unimportant thing. Esto a la verdad que me enfureció puesto que hace entender que los «bilingües» – no porque tengamos dos lenguas, si no porque hablamos dos idiomas-, somos pendejos al cuadrado, es decir que tanto en español como en inglés, somos igual de pendejos.
A Alberto Cortés, lo conocí allá por la década del setenta en casa de un amigo, abogado ya fallecido, quien había invitado al canta-autor al cumpleaños de su esposa, conocida jueza del Tribunal Federal. En un aparte de la actividad dijo que su abuelo le había enseñado que a lo único que había que tener miedo en este mundo era a los pendejos. No porque fueran malos, sino porque eran tantos y tantos y tantos que era imposible no temerles. Preocupado ante esta situación dediqué tiempo y esfuerzo para estudiar profundamente y exhaustivamente a los pendejos y sus pendejás encontrando que los pendejos tienen montones de clasificaciones. El autor, yo, el que escribe, por ejemplo, me clasifico como un «Pendejo Enciclopédico», sé y escribo un montón de pendejás.
Añejo: Con el tiempo se hace más pendejo.
Abogado: Se siente y es pendejo por derecho.
Pensativo: Piensa antes de hacer una pendejá.
Ahorrativo: Guarda sus pendejás para cuando las necesite.
Alegre: Se ríe de cualquier pendejá.
Alfabético: Es pendejo con todas las letras.
Alternativo: Ejerce su libertad como pendejo.
Ambicioso: Sueña con llegar a ser un buen pendejo.
Amigable: El que tiene puros amigos pendejos.
Apestoso: Se le huele lo pendejo a leguas.
Aplicado: El que se preocupa por aprender pendejás nuevas y cada día ser más pendejo.
Argentino: El más pendejo de todo el mundo, según él.
Asalariado: Le pagan para que haga pendejás.
Presumido: Sólo él es pendejo, nadie más.
Astuto: Cree que puede coger a todo mundo de pendejo.
Botánico: Es un pendejo en flor.
Burócrata: Sólo hace pendejás de 9 a 5 de lunes a viernes.
Calvo o Pelón: Persona a la que no le queda ni un pelo de pendejo.
Campana: Es tan, tan, tan, pero tan pendejo.
Campeón: Nadie le gana en hacer pendejás.
Valiente: Hace pendejás pase lo que pase, caiga quien caiga.
Casero: Es un pendejo familiar.
Ciego: Todo el mundo ve sus pendejás, menos él.
Clandestino: El que se esconde para hacer sus pendejás.
Cleptómano: Toma pendejás de los demás y las toma como suyas.
Computadorizado: Se ocupa de borrar el disco donde hizo sus pendejás.
Conocido: Es el mismísimo pendejo de siempre.
Consciente: Sabe a ciencia cierta que es pendejo.
Contador: Lleva un registro de cada pendejá que hace.
Convicto: El que está en la cárcel por pendejo.
Creyente: Cree en cualquier pendejá.
Sentimentalista: Se siente de cualquier pendejá.
De Referencia: Pendejo que se usa como punto de partida para explicar dónde queda algo.
Demagogo: Cree que el pueblo es pendejo.
Dependiente: Depende para sus cosas de otros pendejos.
Deprimido: No soporta ser pendejo.
Desconocido: Es aquel cuyo nombre no puede uno recordar «¿Cómo se llamaba aquel pendejo?»
Desinteresado: Dice pendejás sin esperar nada a cambio.
Desocupado: Aquel que como usted ha leído esta lista hasta aquí de un solo tirón.
Despilfarrador: Siempre está dispuesto a hacer pendejás de más.
Diabólico: Es un pendejo infernal.
Disfrazado: Es más pendejo de lo que aparenta.
Ecológico: Aquel que es un pendejo producto de la naturaleza y del ambiente.
Economista: Hace pendejás marginales.
Ególatra: No hace mas que hablar de sus propias pendejás.
Enano: Es medio pendejo.
Enamorado: Le gusta cualquier pendejá.
Enciclopédico: El que sabe un montón de pendejás.
Ermitaño: Se retira a hacer sus pendejás donde nadie lo vea.
Erudito: En cuestión de pendejás, se las sabe todas.
Mal intencionado: Hace pendejás con saña.
Esférico: Por todos lados se le nota que es pendejo.
Esperanzado: Espera que lo de pendejo se le pueda quitar.
Estufa: Se calienta por cualquier pendejá.
Esquizofrénico: Lo pendejo le viene desde adentro.
Estadístico: En promedio es un pendejo.
Estudioso: Estudia las pendejás de los demás.
Expiatorio: Es tan pendejo que a veces resulta útil.
Filosófico: El que busca la razón de ser de sus pendejás.
Fiscal: Cuestiona las pendejás que hacen los demás.
Fosforescente: Hasta en la obscuridad se le nota lo de pendejo.
Frankestein: Es tan pendejo que asusta.
Global: Todo el mundo sabe sus pendejás.
Al cuadrado: Pendejo por partida doble.
Hipocondriaco: Se enferma de las pendejás de los demás y no de sus propias pendejás.
Honesto: No se hace el pendejo, es pendejo.
Ignorante: Todos saben que es pendejo menos el.
Imponente: Es el que se destaca y asombra por sus pendejás.
Importado: El más fino de los pendejos.
Impredecible: Uno nunca se imagina con qué pendejá le va a salir.
Inútil: Ni las pendejás hace bien.
Incansable: No se cansa de hacer estupideces
Incubadora: Es pendejo de nacimiento.
Indeciso: Es pendejo, a veces. No se decide a ser pendejo a tiempo completo.
Inédito: Ni él sabe que es pendejo.
Insatisfecho: No le alcanza el día para ser pendejo.
Insistente: Hace las mismas pendejá varias veces.
Inteligente: Nada más opina puras pendejás.
Internacional: Es un pendejo sin fronteras.
Introvertido: Aquel que no le cuenta a nadie sus pendejás.
Investigador: Siempre estudia hasta la saciedad nuevas maneras de hacer sus pendejás y las prueba experimentalmente.
Invisible: Es tan y tan pendejo que nadie lo puede ver.
Irresponsable: No le importa ser pendejo.
Jeroglífico: Es tan pendejo que nadie lo entiende.
Laborioso: Todo el tiempo se la pasa haciendo pendejás.
Lento: Necesita más tiempo para hacer sus pendejás.
Vanidoso: Se siente orgulloso de ser pendejo.
Líder: Le siguen todos los pendejos.
Turbado: ¿Soy pendejo? No… Pero ¿y si soy? ¿no o si?
Líquido: Lo toman por pendejo.
Literario: Aquel que escribe más que pendejás.
Local: Sólo hace pendejás en casa.
Loco: Grita a mil voces sus pendejás.
Magisterial: Le enseña a los demás a hacer pendejás.
Matemático: Es exactamente un pendejo.
Mediocre: Es medio pendejo.
Mil Usos: Hace pendejás no importa en la actividad que desempeñe.
Moderno: Hace sus pendejás por Internet.
Monotemático: Hace siempre la misma pendejá.
Musical: Es el pendejo que siempre da la nota.
Neurótico: Son los nervios los que lo apendejan.
Obelisco: Es el monumento al pendejo.
Ocioso: Tiene tiempo de leer esta sarta de Pendejás.
Ocupado: No es más pendejo porque no tiene tiempo.
Optimista: El que cree que no es pendejo.
Paranoico: Cree que todos saben que es pendejo.
Pedigrí: Desciende de pendejos campeones.
Pesimista: Cree que solo él es pendejo.
Petulante: Se enorgullece de sus pendejás.
Plano: Es lisa y llanamente pendejo.
Sentimentalote: No hace mas que llorar por cualquier pendejá.
Político: Es pendejo pero según él, tiene la solución.
Polifacético: El que abarca dos o más clasificaciones de pendejos.
Políglota: Aquel que habla pendejás en varios idiomas.
Precavido: Es pendejo, por si las dudas.
Precoz: Desde chiquitito ya era pendejo.
Preparado: Tiene una pendejá para cada ocasión.
Presumido: Anda contando a todos su ultima pendejá.
Profesional: Es tan pendejo escribió un ensayo sobre cómo ser pendejo.
Psicólogo: Es al que la sociedad lo hizo pendejo.
Radioactivo: Irradia pendejás por dondequiera.
Religioso: Le pide a Dios cada día ser más pendejo.
Sabio: Se abstiene de hacer pendejás.
Sagitario: Tiene gran visión para hacer pendejás.
Sangre azul: Hijo y nieto de pendejos.
Simpático: El que sus pendejás causan risa.
Sincero: Es pendejo y tiene cara de pendejo.
Sociólogo: Viene de una sociedad pendeja.
Sonámbulo: Hasta dormido hace pendejás.
Medio bruto: Lento pero pendejo.
Tartamudo: Es re, re, re, re, requete-pendejo.
Telescópico: Desde lejos se le nota lo pendejo.
Tijera: Corta cualquier conversación con sus pendejás.
Tradicional: Es pendejo por costumbre.
Utópico: Es demasiado pendejo como para ser cierto.
Valiente: Es capaz de dar la vida por cualquier pendejá.
Incansable: No se cansa de hacer pendejás.
Analista: Analiza el por qué hace tantas pendejás.
Visitante: Aquel que siempre hace sus pendejás sólo en casa ajena.
Xerox: Se copia las pendejás de los demás.
El Autor: Pendejo elevado a la infinita potencia ya que es pendejo en todas las clasificaciones.
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