José A. Mari Mut- El faro de Mona entró en servicio el 30 de abril de 1900. El ingeniero español Rafael Ravena preparó dos planos muy distintos, uno para un edificio tradicional de mampostería con patio central y veinticinco cuartos, que hubiese sido el faro más grande del Caribe, y otro para una torre de hierro flanqueada por dos edificios de madera y metal de 65 pies de largo por 50 pies de ancho. Ambos diseños acomodarían tres torreros. La segunda opción se escogió en el 1885 debido principalmente a su menor costo y facilidad de construcción.
La dificultad de transportar los materiales a Mona y otros obstáculos atrasaron la construcción hasta que finalizada la Guerra Hispanoamericana solamente se encontraba en el lugar una parte de los materiales. El gobierno estadounidense obtuvo el material restante y terminó el proyecto, aunque con una sola residencia en vez de dos. El lugar preciso donde el faro se inauguró no está del todo claro; una gran cisterna ubicada aproximadamente a mitad de camino entre Playa Pájaros y el faro actual sugiere que allí pudo haberse establecido el faro inicialmente y que pocos años después se mudó a su localización actual.
El historiador Walter Cardona-Bonet identifica la localización de la cisterna como la ubicación del primer faro, pero sin dar detalles adicionales. Aunque se ha escrito y a menudo se comenta que la torre fue diseñada por Gustave Eiffel, el hecho no se menciona en el estudio de Nistal-Moret ni en la bien documentada obra Faros Españoles de Ultramar. Por el contrario, el proyecto de Ravena describe e ilustra la torre tal y como se construyó. El faro de Mona contó con el único lente de segundo orden empleado en Puerto Rico, capaz de proyectar su luz a 22 millas de distancia; este lente se encuentra en Mona, desarmado y bajo la custodia del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA). El faro fue electrificado en el 1938 y automatizado en el 1973. El edificio se transfirió al DRNA en 1976 y fue abandonado en 1981. Desde entonces la torre se ha oxidado hasta el punto de considerarse insalvable.
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Mona
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