Desde la carretera número 2, entre Aguadilla e Isabela, el viajante observador verá a lo lejos un breve espejismo… una gran casa amarilla de dos pisos con torres puntiagudas anclada en medio de un llano. Es una casa llena de historia. Nuestra reseña comienza a mediados del siglo 19, cuando la gran hacienda ubicada en terrenos de Aguadilla, Isabela y Moca pertenecía a tres hermanos vascos de apellido Pengeot. Llamada Iruena, la finca dedicada mayormente al cultivo de café llegó a ocupar 1300 cuerdas y tuvo suficientes esclavos como para formar una pequeña aldea conocida como la Pequeña Guinea. A la muerte de Juan, el mayor de los Pengeot, la hacienda y su gran casa de madera fueron adquiridas por Juan Labbadie y su esposa Cornelia Pengeot, hija probablemente de Juan o de uno de sus hermanos.
Don Juan Labbadie vivió en la casa hasta su muerte en 1893. Cornelia decidió entonces sustituir la inmensa casona de madera por una más pequeña de mampostería, cuyo diseño encargó al ingeniero Paul Serjavean, quien se inspiró en las grandes casas de campo (chateux) de la campiña francesa. La casa se construyó en 1905 pero no de mampostería, sino de concreto, material que se popularizaba en la isla a comienzos del siglo 20. Sus gruesas paredes y otros detalles son testigos de la transición en los métodos de construcción. Sobre la puerta central del segundo piso se colocaron las iniciales (CP) entrelazadas de su dueña. Durante las primeras décadas del siglo pasado la hacienda se convirtió en colonia cañera de la Central Coloso y, cuando colapsó la industria de la caña, colapsó igualmente la hacienda. La elegante casa fue abandonada y se deterioró hasta que un fuego en 1993 la devolvió a su esqueleto de hormigón. En ese año fue adquirida por el Municipio de Moca y en 1999 resucitó como el bello Palacete de Los Moreau.
Los Moreau habitaron la casa durante las primeras décadas del siglo pasado, cuando la hacienda se llamaba Palmares, aunque solamente en la imaginación de don Enrique Laguerre. Su novela más famosa, La Llamarada, tiene lugar parcialmente en esta casa y allí se relatan aspectos de la vida de los Labbadie. Al este del actual Palacete de Los Moreau, en una caja rectangular de cemento cubierta por una tarja sencilla, descansan las cenizas de don Enrique… en la Hacienda Palmares, Hacienda Iruena, al lado de la Casa Labaddie, Casa Moreau.