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Un espiritu histórico no puede tener dudas de que ha llegado el momento de la resurrección del pasado, de la afirmación del presente y la esperanza del futuro. Esto es parte de ello.
Guayama

Guayama

El municipio de Guayama es conocido como el “Pueblo de los Brujos” y la “Ciudad del Guamaní”. El patrón de los guayameses es San Antonio de Padua. El nombre de este municipio proviene del cacique taíno Guayama, que según la documentación sobre este municipio, participó en la revuelta taína del 1511 y que luego fue capturado y deportado a La Española por Juan González. En arahuaco, Guayama significa “el sitio grande”.
Guayama tiene una superficie de 169.7 kilómetros cuadrados o 65 millas cuadradas. Según el Censo del 2000, tiene 44,301 habitantes. Los barrios del municipio son: Guayama Pueblo, Algarrobo, Pozo Hondo, Caimital, Carite, Carmen, Guamaní, Jobos, Machete y Palmas.
Geografía
Guayama limita al norte con el pueblo de Cayey, al este con Patillas y Arroyo, al sur con el mar Caribe y al oeste con Salinas. Aunque éste pertenece a la región de los Llanos Costaneros del Sur, al norte del municipio se elevan la Sierra de Jájome (730 metros de altura o 2,395 pies) y la Sierra de Cayey. Los puntos más altos de Guayama son el Cerro de la Tabla y el Cerro Tumbado, los cuales forman parte del mencionado sistema montañoso cayeyano. Otras elevaciones de este municipio son los cerros: Garau, Charcas y Peña Hendida.
Su sistema hidrográfico está compuesto por los ríos: La Plata, Chiquito, Guamaní y Seco; las quebradas: Palmas Bajas, Culebra, Barros, Cimarrona, Salada, Corazón y Branderí; el embalse Carite, el lago Melania y la laguna Las Mareas. El río La Plata y su afluente, el río Chiquito, riegan el área norte del municipio.
El río Guamaní nace en el barrio de su mismo nombre, y corre a través de aproximadamente 15 kilómetros o 9.5 millas. El río Seco se origina en el barrio Pozo Hondo y se extiende a través de 13.5 kilómetros o 8.5 millas. Entre sus recursos forestales se encuentra uno de los segmentos del bosque de Aguirre, localizado en el barrio Caribe en la región del interior montañoso. El mismo es hábitat de más de 60 especies de aves. Además, otro sector del municipio forma parte de la unidad Carite-Guavate, administrada por la División de Bosques del Departamento de Agricultura de Puerto Rico. A la parte costera de Guayama pertenecen los manglares de Las Mareas, Puerto de Jobos y Punta Pozuelo. Estos abarcan aproximadamente 413 hectáreas. En Las Mareas abunda, el mangle blanco y el negro, y en punta Pozuelo, el mangle colorado.
Fundación e historia
Durante los primeros años de la colonización, el territorio que hoy conocemos como Guayama estuvo habitado por taínos. La población indígena disminuyó en esta zona a causa de la esclavitud y de la migración taína hacia las Antillas Menores. En los siglos siguientes, esta región estuvo sometida a ataques de taínos rebeldes, caribes y corsarios, lo que despobló la región por un largo periodo.
En el siglo XVIII, comenzó a formarse una aldea entorno de una ermita erigida en honor a San Antonio de Padua. El 29 de enero de 1736 el gobernador de la Isla, Matías de Abadía, autorizó la fundación del pueblo de Guayama. Con este propósito, se erigió una iglesia bajo la misma advocación de la ermita y se fundó la parroquia. Para esa época el puerto de Guayama era muy activo y se consideraba el tercero de mayor importancia entre todos los de la Isla.
Para el 1776, el cronista fray Iñigo Abbad y Lasierra describió el territorio de Guayama como un poblado compuesto por unas doscientas casas, una iglesia y una plaza. La población total se aproximaba a los 5,000 habitantes. Abbad y Lasierra también mencionó la existencia de un mercado de contrabando de madera y de ganado. Para esta época, contaba Guayama con 9 hatos y 20 estancias o fincas, las cuales cultivaban café, arroz, maíz, tabaco y frutos menores.
Entre 1824 y 1827, se reedificó la iglesia, y en 1828 se concluyó la construcción de la nueva Casa del Rey. A principios de este último año, Guayama fue afectado por un terrible incendio que comenzó en la residencia del guayamés Francisco A. Ortiz. Las llamas del siniestro destruyeron 57 casas y 9 bohíos.
El orden territorial de Guayama fue alterado en diferentes ocasiones a través de los años. Algunos de los barrios de mayor población fueron segregados para formar nuevos pueblos. Patillas, que en 1805 había logrado que le fuera adjudicada la parroquia de Guayama, en 1811 se constituyó como municipio independiente. En 1831, el territorio guayamés estaba compuesto por los barrios: Algarrobos, Ancones, Arroyo, Carreras, Guayama Pueblo, Guamaní, Jobos, Machete y Yaurel. Posteriormente, Arroyo se dividió en Arroyo Este y Arroyo Oeste, y surgieron los barrios: Pozo Hondo, Palmas de Aguamanil, Caimital, Pitajayas, Cuatro Calles, Sabana Eneas, Palmas y Salinas. Este último barrio había sido segregado de Coamo.
En 1855, Arroyo fue segregado para convertirse en municipio independiente, tomando los barrios: Ancones, Arroyo, Yaurel, Pitajaya y Cuatro Calles. Para 1878, Guayama era cabecera de departamento, bajo el cual estaban incluidos: Comerío (entonces Sabana del Palmar), Cidra, Cayey, Salinas, Arroyo, San Lorenzo (llamado entonces Hato Grande), Aguas Buenas, Caguas, Gurabo y Juncos. El desarrollo municipal continuó con la construcción del cementerio en 1844; el matadero y la carnicería en 1851 y un teatro de madera de dos niveles en 1878. Además, para ese entonces Guayama contaba con catorce haciendas azucareras que operaban con máquinas de vapor y tres, con trapiches de bueyes. También, se practicaba en este municipio la explotación minera del plomo por parte de la empresa “La Estrella” de Miguel Planellas y de Galena, a cargo de la empresa “La Rosita”, propiedad de Antonio Aponte.
El 12 de agosto de 1898 Guayama fue tomada por las tropas estadounidenses. Luego de la Guerra Hispanoamericana, el municipio continuó desarrollándose. En 1913, se estrenó el Teatro Bernardini, construido por el ingeniero Manuel Texidor y Alcalá del Olmo. El mismo, propiedad del licenciado Tomás Bernardini, fue escenario para artistas de fama internacional. Para esta época, Guayama era considerada, en el orden social, una de las comunidades más importantes de Puerto Rico.
A principios del siglo XX, contaba con selectas sociedades tales como el ‘Coliseo Derkes’ y el ‘Grupo Primavera’, las cuales celebraban fiestas literarias, veladas científicas y obras teatrales.
Para mediados del siglo XX, Guayama logró un gran desarrollo industrial, especialmente, con la llegada de la Univis Optical Corp., la Angela Manufacturing Company y el establecimiento del complejo petroquímico de la Philips Petroleum Company. En 1968, dicha compañía inició su producción de parafina, bencina, fibras sintéticas, nilón, anhidro plástico, un millón de galones de gasolina diarios y muchos otros productos.
Esa misma década se instaló en el barrio Las Mareas una planta termoeléctrica. Para ese entonces, la agricultura comenzó a decaer como resultado de la pérdida de terrenos, la industrialización y la construcción de múltiples urbanizaciones. Dicho crecimiento urbano afectó la siembra de la caña de azúcar. A pesar de esto, en 1974 se cosecharon en este municipio 155,595 toneladas de caña que produjeron 12,655 toneladas de azúcar.
Símbolos
Bandera: La bandera de Guayama está compuesta por tres franjas: una negra, una amarilla y una roja. La franja negra simboliza la raza africana de Puerto Rico; la amarilla, la ganancia económica que generaba la caña de azúcar y la roja, la sangre derramada por los indios.
Escudo: El escudo está dividido en cuatro partes. Dos de éstas exhiben parte de un tablón de ajedrez. Dicha distribución geométrica, hace referencia a la forma cuadrada y regular de la zona urbana de Guayama. Además, tiene dos antiguas torres de molino que simbolizan el cultivo de la caña de azúcar. Dentro del escudo, también, se pueden apreciar los elementos característicos del paisaje e historia del pueblo.
Los árboles de hoja de laurel representan la plaza de recreo de Guayama, muy conocida por el corte singular de sus árboles. Las tres flores de lis de plata simbolizan a San Antonio de Padua, patrón de Guayama. La corona representa al cacique Guayama, cuyo nombre lleva el pueblo. Las ramas con frutas de guayaba que rodean el escudo aluden a la leyenda relacionada con los orígenes del pueblo: la aparición de San Antonio de Padua flotando sobre el árbol de guayaba.
La corona grande tiene cuatro torres que representan la autonomía municipal y la unidad de los ciudadanos en la defensa de sus tradiciones históricas y el bien común. En la parte superior, se encuentra la corona que significa que Guayama obtuvo el título de Villa.

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