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Un espiritu histórico no puede tener dudas de que ha llegado el momento de la resurrección del pasado, de la afirmación del presente y la esperanza del futuro. Esto es parte de ello.

La elección general de 1900

Antonio Quiñones Calderón- La primera elección general de Puerto Rico bajo la soberanía norteamericana tiene lugar el 6 de noviembre de 1900, rigiéndose por las disposiciones electorales del régimen militar que autoriza el voto sólo a los varones mayores de  21 años de edad que sepan leer y escribir o paguen algún tipo de contribución al gobierno. (La elección de 1899 es una que podemos llamar «elección municipal»). En esta de 1900 se elige el comisionado residente, los miembros de la Cámara de Delegados y los alcaldes. Aparecen hábiles para votar 123,140 electores, de los cuales lo hacen 58,515 (47.5%). De éstos, 58,367 dan sus votos al Partido Republicano, y 148 al Federal. Unos 64,625 electores no concurren a las urnas, lo que da paso a la alegación de los federales de que de haber acudido a la elección hubiera triunfado en toda la Isla. Lo anterior debe verse con cautela, ya que tomando como base la realidad de que históricamente el por ciento de los votantes aptos que acude a las urnas gira en alrededor del 85 por ciento, de haberse adjudicado a los federales todos los votos abstenidos, éstos no hubieran pasado de los 50,000 votos. El Partido Obrero Socialista de Iglesias, padeciendo todavía de una pobre organización política, y dedicado principalmente a la organización del movimiento obrero, no participa en esta elección.

[Elección general de 1900:
Partido Republicano Puertorriqueño: 58,367 votos.
Partido Federal: 148].

Federico Degetau, el candidato del Partido Republicano, se convierte en el primer comisionado residente de Puerto Rico en Estados Unidos. Los republicanos copan los 35 escaños de la Cámara de Delegados. Manuel F. Rossy pasa a ser el primer presidente de la Cámara de Delegados. El 3 de diciembre comienzan los trabajos de la primera Asamblea Legislativa de Puerto Rico, compuesta por la Cámara de Delegados y el Consejo Ejecutivo.

El primer período legislativo

Resultan altamente productivas las deliberaciones e iniciativas de este primer período legislativo. El primer proyecto que se aprueba y es convertido en ley es el que establece en Puerto Rico el juicio por jurado, según propuesto por Barbosa. Le siguen, entre otros, los siguientes: la compra de terrenos para una Estación Experimental Agrícola; el establecimiento de un Asilo para Ciegos Indigentes; la provisión para que el español y el inglés sean los idiomas oficiales de Puerto Rico; la prohibición de la explotación de niños menores en el trabajo; la provisión de becas para jóvenes puertorriqueños que deseen estudiar en colegios o universidades en los Estados Unidos continentales; el establecimiento del sistema de instrucción pública; el establecimiento de escuelas industriales; la aprobación de la primera ley electoral bajo el gobierno civil; el establecimiento de la Policía Insular; la autorización de los interdictos (injuctions); la ley para asegurar la efectividad de las sentencias; la ley para proteger las organizaciones obreras; la primera ley municipal; la ley definiendo y protegiendo los derechos del pueblo, incluyendo la libertad religiosa, la seguridad del hogar contra registros arbitrarios, la libertad de palabra y de prensa y el derecho de reunión lícita, propulsada por Barbosa; el establecimiento de los procedimientos legales de quo warranto; la promulgación del Sello Oficial y el Escudo de Armas de Puerto Rico, y el establecimiento del Código Político (incluyendo el sistema contributivo insular), el Civil, el Penal y el de Enjuiciamiento Civil. En el segundo período, el del año 1903, se funda la Universidad de Puerto Rico. De especial importancia son los pasos que se dan para la restauración y protección de los derechos civiles de los puertorriqueños.

Malestar en el seno Federal

La situación en que se halla el Partido Federal saca a flote un evidente malestar existente en su seno. Muchos en la colectividad critican las actuaciones de Muñoz Rivera en su virulenta campaña contra el gobierno insular, la que consideran contraproducente en vista del fuerte sentimiento pro-norteamericano que prevalece en la Isla. La polémica interna culmina con la decisión de Muñoz Rivera de trasladarse a Nueva York con el título de leader que le otorga la colectividad, y desde allí continúa su campaña contra el gobierno y la ley Foraker a través de escritos en el Puerto Rico Herald. Mientras tanto, un directorio presidido por Francisco de Paula Acuña se hace cargo de la dirección diaria de la colectividad. Con Muñoz Rivera fuera del fragor político local, el directorio federal se reúne en San Juan el 6 de abril de 1902 y aprueba una resolución de «franca benevolencia» para con la Administración norteamericana en la Isla. Se advierte en la resolución que en tanto los comicios no modifiquen la situación de alejamiento «creada por hechos y motivos anteriores, el Partido Federal, desde el punto en que se encuentra, prestará su amigable concurso a la administración americana, interviniendo en ella oficialmente, cuando a ella fuera llamado por los representantes del gobierno, sin resistencias injustificadas, ni ofrecimientos indecorosos».

Luego de leerse y aprobarse el anterior acuerdo, De Diego pronuncia un extenso discurso que es «recibido y oído con muestras de profunda aprobación», en el que describe «en forma brillante la nueva línea de conducta que debe seguir el partido en lo sucesivo. Manifestó que la administración americana no era responsable de muchas arbitrariedades que habían sido aprobadas en asamblea y que obedecían a un partido político. Manifestó que el gobernador (William H.) Hunt y la administración le inspiraban plena confianza».

En julio siguiente, en medio del candente debate previo a la elección de 1902, el Partido Federal se reúne en asamblea, ratifica su denuncia de la ley Foraker, expresa confianza en el presidente Theodore Roosevelt, en su presidente Acuña y en su leader Muñoz Rivera, y agrega a su nombre el adjetivo Americano, para llamarse ahora Partido Federal Americano, con lo que obviamente intenta desvirtuar la hostilidad que ha estado exhibiendo contra Estados Unidos. Incluso, el partido manifiesta su apoyo a la administración nacional y al Partido Republicano de Estados Unidos. Inconforme con esta acción, Muñoz Rivera anuncia su dimisión como leader del partido. Siguen a continuación varios meses de agitada campaña partidista.

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