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Un espiritu histórico no puede tener dudas de que ha llegado el momento de la resurrección del pasado, de la afirmación del presente y la esperanza del futuro. Esto es parte de ello.
La talla de Santos en Puerto RIco

La talla de santos

Por Emma García- En nuestra Isla, la talla de santos surgió en el siglo dieciséis, luego de la colonización del nuevo mundo por los españoles, y es una de las costumbres y tradiciones artísticas más antiguas que aún se practica en Puerto Rico.

Tallar Santos era la mejor forma de te-nerlos “de cuerpo presente” para facilitar la divulgación del catolicismo al tener el estímulo visual. Este arte fue acogido dada la necesidad religiosa del culto que tenían nuestros campesinos con el fortalecimiento del catolicismo.

Se convirtió en una manifestación principal, reflejo del gran fervor religioso del jíbaro, valorando ser el dueño de una imagen tallada la cual era colocada en un lugar especial de su hogar.

Para el siglo diecisiete se habían fundado los pueblos de San Juan, San Germán, Coamo, Arecibo, Ponce y Aguada. En ellos ya se celebraban las Fiestas Patronales, las exhibiciones y ventas de las tallas de los santos patronos y otras piezas religiosas.

Las tallas eran sumamente importantes porque complementaban las tradicionales actividades religiosas como misas y procesiones, ya que con la imagen de su Patrón los compueblanos rezaban con devoción y agradecían por la paz y la prosperidad.

Para fines del siglo dieciocho y principios del diecinueve, la talla de santos tomó mayor impulso. La demanda de imágenes creció en proporción a la población y esa producción alcanzó su apogeo durante el siglo diecinueve y principios del siglo veinte.

El santero al ser parte del pueblo compartía emociones, creencias y gustos. Tallaba sus piezas acorde a la realidad y no a la estética. La mayoría de los que se dedicaban a la talla de santos por lo general lo hacían por encargos y/o vendiéndolos por los campos buscando negociar su mercancía o intercambiándolos por productos agrícolas.

La mayoría de ellos se dedicaban a otras labores como por ejemplo la ebanistería y carpintería.

Las tallas se realizaban en madera del país las cuales eran resistentes y dura-deras. También eran maderas relativamente fáciles de trabajar tales como el capá, guayacán, ausubo, caobilla, aceitillo, cedro, haya y roble.

Los estilos de los santos de Puerto Rico se clasifican en tres grupos:

  1. Estilo Colonial. Es el estilo más antiguo. Las figuras de este, tienen naturalidad, son tallas realistas, de aspecto sencillo y delicado que muestran la labor de un artesano de sensibilidad. Las facciones son delicadas. Los detalles están cuidadosamente trabajados.
  2. Estilo Autóctono. Estilo con carácter propio, aunque delata algo del arte gótico de la época medieval europea, muestra personalidad isleña, creada por el ambiente y por nuestras circunstancias históricas. Esto se nota en la combinación de colores, adornos y vestimenta.
  3. Estilo Ingenuo. No reflejan emoción alguna, son inexpresivos, no muestran tristeza ni alegría, no son imponentes ni apasionados. Podemos evocar en estas tallas un estilo casi infantil.

El arte de tallar santos, fue interrumpido a fines del siglo diecinueve y principios del siglo veinte, cuando comenzaron a establecerse en la isla las iglesias protestantes.

Esto motivó el rechazo de parte de la población a las imágenes y por consiguiente el abandono del culto a los santos. A mediados del siglo veinte comenzaron a introducirse en Puerto Rico por puro comercialismo la importación de imágenes de yeso y pasta. Aunque esta novedad detuvo por algún tiempo nuestro arte de tallas en madera, el mismo volvió a resurgir poco tiempo después.

La talla de santos en madera constituye la única expresión artística del folklore religioso puertorriqueño.

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