Los camineros vivieron en casas ubicadas aproximadamente cada seis kilómetros a lo largo de la carretera. Todas las casillas construidas a partir de 1875, con la excepción de una, fueron diseñadas para albergar a dos camineros (usualmente un caminero y un aprendiz) con sus respectivas familias. Uno de los camineros mantenía tres kilómetros de carretera en una dirección y el otro hacía lo mismo en la otra, de modo que entre dos casillas consecutivas se mantenían los seis kilómetros que las separaban.
El esqueleto de la casilla se compone de cuatro gruesas paredes de mampostería (piedras unidas por una mezcla de cal, arena y agua) y, en el modelo más frecuente, una pared media longitudinal del mismo material. Las paredes secundarias, el arco del pasillo, el área alrededor de las puertas y las ventanas, y varios otros elementos se hicieron de ladrillo. La piedra puede ser caliza o volcánica, dependiendo de los materiales disponibles en el área. Algunas casillas fueron empañetadas por fuera mientras que en otras se dejó la piedra expuesta.
Una de las paredes laterales continuaba hacia atrás para formar la pared principal de un cobertizo donde estaba el escusado (retrete o letrina), separado por una pared de ladrillos del área de cocina, que contenía un fogón de ladrillos que quemaba leña. El cobertizo, techado de tejas o planchas de cinc colocadas sobre un soporte de vigas y alfarjías, también podía servir de cuadra y almacén de herramientas.
Cerca de la casa había un aljibe (cisterna subterránea) para almacenar el agua de lluvia que recogía el techo. Las casillas ocupaban un solar de aproximadamente media cuerda (dos mil metros cuadrados) que los camineros podían cultivar. La propiedad completa estaba rodeada por una verja de alambre. El piso del vestíbulo, pasillo y escusado era de cemento, mientras que el de las salas y los cuartos era de pino resinoso (pichipén, de pitch pine). Como es de esperarse, los pisos de madera han sido sustituidos a través de los años. Las puertas y las ventanas se hicieron de maderas locales o de pichipén, mientras que los marcos se hicieron de ausubo u otra madera duradera. El techo empleado en todas las casillas fue el de azotea, compuesto por vigas y alfajías de ausubo, úcar u otra madera fuerte, por encima de las cuales se colocaban generalmente tres capas de ladrillos, cada una orientada a 45 grados con respecto a la otra.
El sistema de camineros fue suspendido en el año 1905, pero ante el rápido deterioro de las carreteras fue restablecido en el 1914 y duró hasta mediados de la década de 1950. Durante su segundo periodo se construyeron más de cien casillas de cemento con techo de cinc. Por la poca durabilidad de tales estructuras y su nulo valor arquitectónico, estas casillas no han sido incluidas en estudios anteriores y no se incluyen aquí. Muchas han sido destruidas o incorporadas a viviendas.
Estilos de las casillas
En este trabajo se reconocen cuatro estilos o modelos de casillas. El primero, propuesto por el Ing. Raimundo Camprubí y oficializado por Real Orden del 13 de abril de 1875, corresponde a una casilla rectangular con medidas aproximadas de 49 por 29 pies. Estas casillas se identifican externamente por las siguientes características: el borde superior de los huecos de la puerta de entrada y de las dos ventanas anteriores es curvo, los huecos de las ventanas no alcanzan la base o zócalo del edificio, hay una franja ancha de ladrillos desde el borde superior de la puerta de entrada hasta el borde superior del pretil, y la cornisa se prolonga hacia atrás sólo una corta distancia por las paredes laterales, estando ausente en la pared posterior. La puerta de entrada conecta a un recibidor o vestíbulo que sigue por un pasillo hasta la puerta trasera. A ambos lados de esta línea media hay dos apartamentos idénticos, cada uno con una sala comedor en la mitad anterior y dos cuartos iguales en la mitad posterior; se entra a cada apartamento por una puerta que abre al vestíbulo. En este modelo la sala comedor conecta con los dormitorios por una puerta que abre a uno de los cuartos, donde hay otra puerta que lleva al segundo cuarto. La pared que separa los dos cuartos no llega al techo. Este modelo se usó para las casillas construidas entre Juana Díaz y Aibonito, y entre Cayey y Caguas.
El segundo estilo deriva del anterior y se distingue por una serie de cambios para refinarlo y mejorarlo. Externamente, los bordes superiores de los huecos de la puerta de entrada y de todas las ventanas son rectos, las ventanas se extienden hasta el zócalo del edificio, se eliminó la franja de ladrillos sobre la puerta de entrada y la cornisa rodea el edificio. Internamente, cada cuarto tiene su propia puerta hacia la sala y la pared que los divide llega hasta el techo. Este modelo se usó para todas las demás casillas construidas en la isla, con excepción de las pertenecientes a los próximos dos estilos.
El tercer estilo también deriva del primero y al mismo solo pertenece la casilla de Guaynabo. El Ing. Manuel Maese alteró el modelo oficial para acomodar un solo caminero, probablemente porque las antiguas casillas que persistían entre San Juan y Caguas eran todas para un caminero. Este estilo contó con cuatro espacios (sala, dos dormitorios y una cocina) ubicados a ambos lados del pasillo central. La planta es cuadrada (30 por 30 pies) en vez de rectangular.
Al cuarto estilo pertenecen las casillas de la Carretera 15 (antes Carr. 4) entre Cayey y Guayama. Una pared divide la casilla en dos mitades, quedando cada vivienda con su propia puerta de entrada. De esta forma se aprovechó el espacio ocupado por el vestíbulo y el pasillo en los modelos anteriores. La puerta conduce a una sala comedor que comunica con los tres cuartos y con un volumen adosado. Este último se dividió en dos espacios desiguales separados por una pared. En el espacio más pequeño se ubicó el escusado, que ventiló al exterior por un hueco circular (ojo de buey) y en el más grande se ubicó la cocina, cuyo humo salía por una chimenea.
La puerta posterior de la cocina daba acceso al patio de la casilla. Estas casas gemelas o dúplex miden aproximadamente 60 pies de largo por 27 pies de ancho y no tienen cobertizo adosado.
Conservación
Dos realidades saltan a la vista cuando evaluamos la condición de las casillas de camineros.
Primero, las que están en mejor condición son aquellas que están en uso. Las casillas, como cualquier otra casa, tienen que abrirse y usarse regularmente para mantenerlas limpias y evitar que las invadan los hongos y las termitas que destruyen la madera. Los techos tienen que inspeccionarse regularmente para eliminar no sólo las filtraciones de agua que pudren las vigas y las alfarjías, sino también para evitar el crecimiento de árboles y otras plantas cuyas raíces penetran entre los los ladrillos y lentamente destruyen el techo y las paredes.
Segundo, todas las casillas que están bajo la custodia del Departamento de Transportación y Obras Publicas están en ruinas o clausuradas y en franco deterioro. Aunque esta situación seguramente se debe a limitaciones presupuestarias y no al descuido deliberado, sigue siendo un hecho que parte de nuestro patrimonio cultural se deteriora y se destruye en manos de las agencias que deberían salvaguardarlo. Para que las casillas de camineros puedan conservarse para el disfrute de futuras generaciones, es necesario que el Instituto de Cultura oriente a los dueños de las casillas privadas sobre el valor histórico de estas estructuras y sobre la necesidad de cuidarlas y repararlas utilizando los materiales correctos.
Igualmente importante es que el gobierno reconozca que no tiene los medios para conservar adecuadamente las casillas que posee y que debe permitir que municipios, asociaciones cívicas o ciudadanos comprometidos con la conservación puedan comprarlas, alquilarlas o recibir un permiso de uso condicionado a que se mantenga la integridad arquitectónica y física de estos edificios. Aunque el gobierno quiera mantener control de las casillas para protegerlas, si el abandono sigue no quedará nada que proteger.
En el modelo 2 se observa la presencia de una sola entrada abajo en el centro y un pasillo que divide la casa en dos viviendas, cada una con una sala y dos cuartos. se nota además la presencia del cobertizo adosado a la pared posterior; en el espacio pequeño estaba el escusado o letrina, en el espacio grande estaba la cocina (fogón). La planta del estilo 1 es igual excepto que el acceso a los cuartos laterales es a través de los cuartos del medio.
El modelo 4 tiene una pared que divide la casa en dos viviendas, cada una con su propia entrada abajo en el centro de cada una y con sala más tres cuartos. En el volumen adosado a ambos extremos de la casa está el escusado, separado de la cocina (fogón) por una pared .
Proyectos de casillas
Los proyectos de las casillas de peones camineros comprendieron entre dos y siete casillas construidas con un mismo plano. Cuando existen los documentos del proyecto (memorias, presupuestos, liquidaciones) es fácil determinar quién diseñó las casas, quién las construyó y el año aproximado o exacto de la construcción. Cuando no existen los documentos, se han usado los detalles estructurales de las casillas y la identidad de los ingenieros que diseñaron las carreteras para sugerir quién las diseñó. La fecha aproximada de construcción puede estimarse del texto de las memorias o de las fechas de construcción de los tramos de las carreteras.
Las casillas fueron diseñadas por ingenieros españoles, entre los cuales se destacaron Raimundo Camprubí, Manuel Maese y Enrique Gadea. El primero trabajó en Puerto Rico de 1873 a 1880 y fue autor del modelo de casillas dobles que predominó en la isla. El Ing. Camprubí se casó en Ponce con una puertorriqueña y fue padre de la escritora y poetisa Zenobia Camprubí, quien junto a su esposo, el poeta Juan Ramón Jiménez, vivió en Puerto Rico sus últimos años. El Ing. Maese trabajó en Puerto Rico de 1880 a 1887 y diseñó muchas de nuestras casillas. Uno de sus hermanos, Alfonso Maese, trabajó en Puerto Rico de 1885 a 1895. Enrique Gadea trabajó en Puerto Rico desde el 1875 hasta el 1887 y entre sus muchos proyectos estuvo el diseño de los faros de Cabo Rojo y Fajardo. Hacia el final de su estadía en la isla diseñó el modelo de casillas construido en la carretera de Cayey a Guayama.
Según el informe del Comisionado del Interior para el año 1918-1919, quedaban entonces en Puerto Rico 47 casillas construidas durante la soberanía española. Las 26 que sobreviven se agrupan a continuación en diez proyectos.
Añasco a Mayagüez. Estilo 2.
Este proyecto fue diseñado por Manuel Maese y sometido para aprobación el 12 de marzo de 1882. Consistió de dos casillas ubicadas en la Carretera número 2, una a la salida de Mayagüez y la otra a seis kilómetros en dirección a Añasco. Sobrevive la primera; la segunda, ubicada en el kilómetro 178.3, fue destruida alrededor de 1960 durante el ensanche de la carretera. 2.
Mayagüez a San Germán. Estilo 2. Este proyecto fue diseñado también por Manuel Maese y sometido para aprobación simultáneamente con el anterior. Consistió de dos casillas ubicadas en la Carretera 114, entonces Carretera número 3 de Mayagüez a Ponce. Ambas casillas están en
jurisdicción de Hormigueros. Las casillas de ambos proyectos fueron inicialmente idénticas pero la de Mayagüez sufrió cambios significativos a raíz del terremoto de 1918 y modificaciones posteriores.
Ponce a Adjuntas. Estilo 2.
Este proyecto fue diseñado por Eduardo Cabello y sometido para aprobación en el 1893. Consistió de dos casillas ubicadas en la Carretera 123 (antes Carr. 6), que fueron construidas en ese mismo año por Federico Heintz. La característica más distintiva de este proyecto es el uso de bloques rectangulares de piedra caliza, muy cuidadosamente cortados y colocados. Todos miden 10 pulgadas (25 cm) de ancho pero varían en longitud desde 10 hasta casi 36 pulgadas. Otra característica única de estas 14 casillas es la presencia de dos cobertizos, en el izquierdo se colocaron dos fogones y en el derecho se ubicó el escusado.
Ponce a Juana Díaz. Estilo 2.
Este proyecto fue diseñado por Manuel Maese y sometido para aprobación el 15 de diciembre de 1883. Consistió de tres casillas ubicadas en la Carretera 14 (antes
Carr. 1 o Carretera Central) entre la ciudad de Ponce y la frontera con Juana Díaz. Fueron construidas entre 1886 y 1887 por Eduardo Armstrong, un ponceño que fue médico, ingeniero, contratista y alcalde de la ciudad. De la casilla ubicada en la ciudad (Avenida Hostos #111) sólo quedan algunas paredes incorporadas a un edificio comercial moderno.
Juana Díaz a Aibonito. Estilo 1.
Este proyecto consistió de siete casillas ubicadas en la Carretera 14 (antes Carr. 1 o Carretera Central) entre las afueras de Juana Díaz y las afueras de Aibonito. Se intentó subastarlo dos veces en el 1875, decidiéndose finalmente realizarlo el gobierno mismo. La memoria del proyecto anterior (Ponce-Juana Díaz) indica que la primera casilla del proyecto Juana Díaz-Aibonito estaba construida para 1883. Ya que por Real Orden del 13 de abril de 1875 se aprobó un modelo sometido por Raimundo Camprubí para las casillas de camineros a contruirse en Puerto Rico y, siendo Camprubí el ingeniero encargado del trozo de carretera entre Aibonito y Coamo, proponemos que fue este quien diseñó las casillas y que las mismas se construyeron alrededor de 1880.
Aibonito a Cayey. Estilo 2.
Este proyecto consistió de tres casillas ubicadas en la Carretera 14 (antes Carr. 1 o Carretera Central) entre Aibonito y Cayey. Este tramo de carretera se terminó en el 1886, por lo que las casillas probablemente se construyeron poco antes de 1890. Las tres son idénticas, con la notable excepción de que la más cercana a Aibonito está empañetada, mientras que las otras dos tienen la piedra y los ladrillos expuestos. No se ha podido determinar quién diseñó estas casillas, pero no es difícil sospechar de Manuel Maese debido al gran parecido que tienen con otras casillas de este ingeniero y porque Maese estuvo envuelto en la construcción de este tramo de la Carretera Central.
Cayey a Guayama. Estilo 4.
Este proyecto consistió de cuatro casillas ubicadas a lo largo de la Carretera 15 (antes Carr. 4) entre Cayey y Guayama. Este modelo de casilla fue propuesto por Enrique Gadea en el 1886 y hacia 1894 Enrique Bartrina también participó en el diseño. A juzgar por la fecha de terminación de la carretera, las casillas se construyeron alrededor del 1895. Estas casillas se distinguen de todas las demás por la presencia de dos puertas de entrada (una para cada vivienda) y de un volumen adicional en cada extremo del edificio, donde estaban la cocina (que ventilaba al exterior por una chimenea) y el escusado (que ventilaba por un hueco circular u ojo de buey).
Tres de las casillas fueron empañetadas, mientras que la piedra se dejó expuesta en la de Guayama. Durante la primera década del siglo 20 , la casilla del kilómetro 17, 0 fue tomada como residencia veraniega del Gobernador y expandida durante las décadas subsiguientes hasta el punto de ser hoy casi irreconocible. De su estructura original sólo quedan algunas paredes y el techo de vigas restaurado.
Cayey a Caguas. Estilo 1.
Este proyecto consistió de cuatro casillas ubicadas a lo largo de la Carretera 1 entre las afueras de Caguas y la entrada a Cayey, de las cuales sobreviven tres. Dado que esta sección de carretera se terminó en el 1881 y las casillas siguen fielmente el estilo de las casillas construidas entre Juana Díaz y Aibonito, sugerimos que las mismas fueron diseñadas por Raimundo Camprubí y terminadas antes de 1884. Se utiliza la última fecha porque la memoria del proyecto Caguas-San Juan, sometida a finales de 1884, contiene una tabla comparativa donde se indica que las casillas de Cayey a Caguas ya estaban construidas.
Caguas a San Juan. Estilo 3.
Este proyecto fue diseñado por Manuel Maese y sometido para aprobación el 15 de junio de 1884. Consistió de dos casillas ubicadas en la Carretera 1 entre Caguas y Río Piedras, de las cuales sobrevive una en jurisdicción de Guaynabo. Este tramo de la Carretera fue terminado en el 1857 y sus casillas fueron diseñadas para un caminero. Aunque para la fecha en que se radicó este proyecto las casillas que se construían en los otros tramos de la Carretera Central eran para dos camineros, estas dos se diseñaron para uno, aparentemente para coincidir con las viejas casillas que había en el tramo, todas hoy desaparecidas.
Bayamón a Toa Baja. Estilo 2.
Este proyecto se sometió en el 1882 y consistió de dos casillas ubicadas a lo largo de la Carretera número 2, que debía llegar eventualmente a Mayagüez. Aunque la parte del plano donde estaba la firma del ingeniero que las diseñó ha sido destruida, a juzgar por la fecha del proyecto y por la similitud entre estas casillas y otras diseñadas por Manuel Maese, nos atrevemos a sugerir que fueron diseñadas por dicho ingeniero. El plano está en el Archivo Histórico de Puerto Rico, Legajo 580, Caja 2667.