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Un espiritu histórico no puede tener dudas de que ha llegado el momento de la resurrección del pasado, de la afirmación del presente y la esperanza del futuro. Esto es parte de ello.
Los Años de bonanza del tabaco

Los Años de bonanza del tabaco

Haciéndole honor a su nombre la Primera Guerra Mundial tuvo efectos en todos los rincones del mundo. Puerto Rico no fue la excepción. Durante el periodo que comprende la Primera Guerra Mundial en la Isla se vivieron grandes cambios. Por ejemplo, se obtuvo la Ley Jones, la cual, entre muchas cosas, les concedía la ciudadanía americana a los habitantes de Puerto Rico1. Más los cambios no se limitaron al ámbito político sino que en el económica también se observaron cambios importantes.

Una vez concluyó la guerra en Europa, los precios de los productos agrícolas experimentaron un alza que trajo consigo riqueza. Esto sucedió porque Europa quedó devastada por la guerra, sus campos estaban destruidos y su capacidad de producción era mínima, mientras la demanda alimentaria era alta. Ante aquella situación los países de América aprovecharon la coyuntura aumentando la oferta de productos agrícolas.

Puerto Rico, en su carácter de productor agrícola experimentó un aumento en sus ventas y ganancias en los años posteriores a la Primera Guerra Mundial. Pero no todo los productos se beneficiaron de aquella “danza de millones”. Los productos que se beneficiaron de esta bonanza fueron el azúcar y el tabaco. Ambos contaban con una protección arancelaria de parte del gobierno norteamericano, entraban libre de impuestos al mercado de Estados Unidos. Sin embargo, el café no disfrutó de esta “danza” porque no contaba con la protección arancelaria que recibía el tabaco y el azúcar. Además, el ciclo de producción del café suele tardar más que el del tabaco y el azúcar.2 Esta bonanza en los precios del tabaco trajo un cambio en el paisaje agrícola de la Isla.

El tabaco puertorriqueño vino a despegar como producto comercial de exportación con la invasión norteamericana a la isla. Durante el gobierno español la producción tabacalera de la isla, como producto de exportación, no sobrepasó los 60,000 quintales y su principal mercado era el de Cuba. 3 Es con la invasión norteamericana que la producción tabacalera en la isla sobrepasa los 100,000 quintales. La invasión norteamericana y la protección arancelaria, que tenía el tabaco puertorriqueño en el mercado norteamericano, prepararon el camino para la inversión estadounidense en la elaboración del tabaco. El aumento de los precios de la hoja, el corto ciclo de producción, la inversión norteamericana en la isla y el descenso de los precios del café provocaron que la producción de tabaco en la isla aumentara de forma importante. Con el descenso de los precios del café muchos campesinos recurrieron al cultivo del tabaco como producto para garantizar la subsistencia.

Es en esta época de la “danza de los millones” en donde se comienzan a desmontar cafetales para sembrar tabaco. Esto se ve reflejado en los cuentos de Miguel Meléndez Muñoz “La Prosperidad 1919-1920” y “Portalatín in Bankruptcy”. En ambos se narra la historia de un pequeño agricultor que desmonta sus cafetales para dedicar sus tierras al tabaco, cultivo con mejor salida económica que el café.4 Otro ejemplo de esto es el municipio de Barranquitas. Barranquitas era un municipio cafetalero al momento de la invasión norteamericana en la isla. Para 1897, un año antes de la invasión norteamericana a la isla, de un total de 22,303 cuerdas que tenía el municipio en 663 fincas solamente se sembraron de tabaco unas 55 cuerdas mientras que de café se sembraron 1,206 cuerdas.5

Esto demuestra que el municipio era uno principalmente cafetalero. Ya para 1920 el panorama del municipio había cambiado, el café había dejado de ser el principal cultivo del pueblo para abrirle paso al del tabaco. Esto se ve en el valor de los productos para ese año. Por ejemplo, el tabaco tuvo un valor de $134,846 mientras que el café tuvo $94,611. Todavía para el 1920 el café tenía un papel importante dentro de la economía municipal. Pero en 1929 el panorama era totalmente distinto. El valor del tabaco aumentó a $375,000 mientras que el café tuvo un valor $ 2,022.6 Esto demuestra como el café fue perdiendo terreno mientras el tabaco lo ganaba. El tabaco sustituyó el café en la parte centro oriental de la isla. ¿Por qué este fenómeno? En palabras de Manners fue por lo siguiente:

The partial destruction of coffee, the leading money crop of the nineteenth century in this area, led to a search for other means of converting land into cash. Minor crops and the encouragement of tobacco production by the Americans provided at least part of the answer for the people of the eastern highlands.”7

Este fenómeno respondió a que los precios del café iban en un descenso continuo mientras que los del tabaco iban en ascenso, alcanzando en 1921 el precio de 92 centavos la libra, aunque luego fue en descenso hasta alcanzar niveles desastrosos al tabacalero8, y contaba con un mercado seguro. Un mercado codiciado por los caficultores puertorriqueños y que nunca lograron obtener.

Este aumento desmesurado dio paso a una sobreproducción de tabaco que poco a poco fue poniendo a los tabacaleros de la Isla en una situación de desventaja frente a las corporaciones. En estos primeros años los tabacaleros tuvieron signos de alerta, ya que luego de 1921 los precios del tabaco comenzaron a bajar hasta la cosecha de 1925, en la cual los cosecheros lograron obtener un buen precio de venta. Esto dio paso a que el crédito se extendiera a aquellas personas que antes no tenían acceso a él y provocara la sobreproducción.

NOTAS

1 El gobernador seguía siendo nombrado por el Presidente de los Estados Unidos, aunque la Cámara Alta, el Senado, comenzaría a ser elegido por el pueblo y no era parte del gabinete del gobernador como en el Acta Foraker.

2 Para más información sobre el porqué el café no disfruto de esta época de bonanza ver: Mabel Rodríguez Centeno, “Atrapados en la Depresión: los caficultores puertorriqueños ante la coyuntura crítica de 1928-1939” Tesis (M.A.)– Universidad de Puerto Rico, 1991.

3 Juan José Baldrich, Sembraron la no siembra: los cosecheros de tabaco puertorriqueño frente a las corporaciones tabacaleras. 1920-1934. Rio Piedras, Ediciones Huracán, 1988. Págs. 39-40.

4 Miguel Meléndez Muñoz, Cuentos del Cedro.

5 Robert A. Manners, “Tabara: subculture of a tobacco and mixed crops municipality” en The people of Puerto Rico: a study in social anthropology. Urbana, University of Illinois Press, 1956. Pág. 99.

6 Ver; Ibid. Pág. 99.

7 Ibid. Págs. 99-100.

8 Baldrich, Sembraron la no siembra…. Pág. 48.

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