Lionel Valentín
Publicación autorizada por Lionel Valentín Calderón, artista, escritor y Siervo del Señor.
Los embalses son lagos, construidos por el ser humano, con el propósito principal de almacenar agua para el consumo doméstico e industrial, el riego de campos agrícolas, la producción de energía eléctrica y el control de las inundaciones durante eventos extraordinarios de lluvia. En Puerto Rico no hay lagos naturales. Nuestros embalses, excepto el de Fajardo, se construyeron en la zona montañosa para retener el volumen máximo de agua en el menor espacio superficial posible por lo que nuestros lagos artificiales son profundos y sus orillas tienen un declive precipitado.
Además ubican en lugares con estabilidad geológica para garantizar su seguridad sísmica. El primer embalse se construyó en 1913 y fue el de Carite, que junto con el de Patillas y Guayabal en Juana Díaz (1914) constituyó el primer sistema de riego de la costa sur.
El agua contenida en el embalse proviene de la lluvia y de un río y sus tributarios. A través del año la lluvia varía significativamente, con un periodo de sequía que normalmente se extiende desde enero hasta marzo o abril, seguido de intensos aguaceros en mayo y junio, y un segundo periodo de lluvias intensas desde septiembre hasta el final del año.
Los embalses son la fuente de agua más importante en Puerto Rico. En la Isla existen 36 embalses principales propiedad del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, además de varios embalses menores privados. Entre estos 36 embalses públicos, 21 se consideran como mayores desde el punto de vista de volumen y diversidad de usos.
Importancia de la conservación
Son lugares de recreación para la:
Amenazas a este recurso
Efectos de los embalses
Los embalses podrían tener impactos negativos en la flora y fauna nativas, ya que la represa interrumpe las migraciones de larvas y juveniles hacia el estuario y desde éste hacia la montaña. Las especies de peces nativos necesitan estar en contacto con los estuarios para sus etapas reproductivas y los embalses interrumpen estas conexiones al represar el agua donde los peces se establecen. No obstante, hay medidas de diseño y manejo que se utilizan para minimizar su impacto.
Protección
El DRNA regula algunos aspectos relacionados a los embalses, a través de leyes especiales, como la Nueva Ley de Vida Silvestre. La Junta de Calidad Ambiental tiene reglamentación aplicable a la calidad de las aguas.
El DRNA protege este recurso mediante proyectos como la reforestación de las cuencas hidrográficas y la presencia de vigilantes.
Compartelo en tus redes sociales favoritas