Periodista. Nació en San Juan el 25 de mayo de 1861 y falleció en la misma ciudad el 5 de diciembre de 1935. Fue periodista, poeta y escritor de cuentos. En Puerto Rico en los siguientes periódicos: El Palenque de la Juventud, El Clamor del País y en la Democracia; en España: El Liberal, El Globo y El Heraldo. Fundó y dirigió en San Juan la revista La Linterna. En 1931 ocupó el puesto de historiador de Puerto Rico.
Mariano Abril publicó las siguientes obras: Amorosas (poemas becquerianos con prologo de Luis Llorens Torres), 1900; Sensaciones de un cronista, 1903; El Socialismo Moderno, 1911; Alemania ante el conflicto europeo, 1915; Un héroe de la independencia de España y de América, 1929; además escribió la obra dramática Autoridades de Punta.
Se distinguió por sus ideas liberales, las cuales plasmo siempre en sus artículos periodísticos, a causa de ese tipo de expresiones en el periódico La Democracia fue condenado al encierro en España. Mariano cobró gran prestigio en Puerto Rico en las campañas políticas.
En su juventud trabajó como oficinista de un notario y, en sus ratos libres, se instruía por su cuenta y componía agudas críticas que publicaba en El Palenque de la Juventud, bajo el seudónimo de “Florete”. Estas colaboraciones afianzaron su vocación en la carrera literaria.
Fue redactor de El Clamor del País, un popular diario político de San Juan y colaboró en La Democracia, hasta llegar a dirigir este periódico en 1895. Al siguiente año, por sus censuras al gobierno a través de este rotativo, fue condenado en ausencia a varios años de prisión por un Consejo de Guerra: pero afortunadamente había escapado a Francia para evadir la sentencia. Tras una breve estancia en París se dirige de incógnito a Madrid, en donde fue detenido y encarcelado por varios meses.
Tras lograr un indulto del Ministro de Ultramar, Don Antonio Cánovas del Castillo, permaneció por tres años en la capital española y colaboró en los periódicos El Globo, El Heraldo y El Liberal.
Finalizada la Guerra Hispanoamericana, Mariano Abril regresa a Puerto Rico; participa en las luchas políticas, al lado de Muñoz Rivera, y llega a obtener un puesto en las cámaras legislativas en representación del distrito de Guayama; primero como miembro de la Cámara (1904) y más tarde como senador (1920).
Fue el primer presidente de la Academia Puertorriqueña de la Historia y, desde 1931 hasta el momento de su muerte, desempeño el cargo de Historiador Oficial de Puerto Rico.

El día que me volví invisible
Silvia Castillejos Peral– No sé ni en qué día estamos. En esta casa no hay calendarios, y