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Un espiritu histórico no puede tener dudas de que ha llegado el momento de la resurrección del pasado, de la afirmación del presente y la esperanza del futuro. Esto es parte de ello.
Programa del Partido Popular Democrático (1944)

PPD 1944. Programa económico y social

Mario Cancel- Aprobado en asamblea celebrada en el Teatro La Perla en Ponce el 19 de agosto de 1944. El Partido Popular Democrático reanuda su solemne compromiso con el pueblo de que el status político no está en controversia en las elecciones generales de mil novecientos cuarenta y cuatro; en consecuencia, los votos que se den a favor del Partido Popular Democrático no se interpretarán en forma alguna, ni bajo circunstancia alguna, como votos a favor de status político futuro alguno. El Partido Popular Democrático, contrario como es a la permanencia del régimen colonial de gobierno, se compromete solemnemente a someter a la decisión directa del pueblo de Puerto Rico, no más tarde del momento de estructurarse la paz mundial —no a través de organizaciones ni de intermediarios en forma alguna, sino directamente a cada elector—, en votación enteramente aparte de elecciones, la consulta sobre el status político final que el pueblo de Puerto Rico quiere para el ejercicio pleno de sus derechos y el mejor desenvolvimiento de su porvenir.
Programa económico social
El pueblo de Puerto Rico anhela una civilización cuyos alcances espirituales se funden en la justicia y en la seguridad económica en la eliminación de la pobreza extrema y en la terminación del privilegio aniquilador. El logro de esa civilización requiere que se distribuya, con la mayor justicia posible, la riqueza que produce Puerto Rico por la inteligencia y la faena de su pueblo, y además que tomen todas las medidas factibles para aumentar la producción de riqueza en Puerto Rico, para beneficio del pueblo entero de Puerto Rico. Para aumentar la producción y hacer valer más, en felicidad humana, la justicia social que anhela nuestro pueblo, son factores esenciales:

  1. Aumentar, por medio de la salud y de la educación, la capacidad humana para producir;
  2. Utilizar hasta el máximo la tierra utilizable y no utilizada, y proveer y mejorar los medios y los instrumentos de utilizar esa tierra en la forma más fructífera posible;
  3. Desarrollar plenamente los recursos naturales del país;
  4. Propulsar, por el Gobierno y por la iniciativa privada, el fomento de industrias en Puerto Rico hasta el máximo de sus posibilidades.

Para la gran obra del pueblo de Puerto Rico, que estamos llevando a cabo, necesitamos seguir haciendo y perfeccionando las leyes que estructuran la idea de esa obra de civilización; desarrollar y sostener, en el plano más alto, las instrumentalidades, los hombres y la actitud eficiente, pura y creadora de espíritu para el cumplimiento más efectivo de lo que significan esas leyes, y llegar a tener las facultades, los medios y la autoridad, en forma adecuada y propicia, para todo lo que implica mantener la obra en el camino de su desarrollo.
El Partido Popular Democrático comparece ante la conciencia del pueblo puertorriqueño en este año de mil novecientos cuarenta y cuatro con un programa de gobierno, de amplio alcance social, consagrado ya en leyes aprobadas desde el momento mismo en que este partido recibió el mandato público para las gestiones gubernativas y desde entonces en plan de progresivo desarrollo y fecundo cumplimiento en todas sus partes. Aspectos esenciales de este abarcador programa de justicia social para poner término al latifundio corporativo, hacer que la tierra se convierta en una fuente de vida, de dignidad y de libertad económica para los hombres y las mujeres que la trabajan y afrontar el problema de las miles de familias de agregados que no tienen donde asentar sus viviendas; la legislación de salario mínimo con instrumentación adecuada para proveer compensación razonable y decente a todos los obreros; la legislación protectora del trabajo en extremos de tanta importancia como la mejora del estatuto de compensaciones por accidentes del trabajo; la protección de las madres obreras, la evitación de discrímenes patronales, la garantía del derecho de contratación colectiva, la compensación por despidos injustificados y el programa de educación obrera; la legislación de carácter fiscal, eliminando cargas onerosas para el pueblo como el tributo sobre la sal y el impuesto sobre ventas, y, por otro lado, el aumento de la contribución sobre ingresos al efecto de que las empresas que obtengan grandes beneficios contribuyan al sostenimiento de las cargas públicas y las mejoras sociales en justa proporción a sus ganancias; la legislación protectora de la pequeña propiedad; la exención contributiva del hogar seguro valorado en menos de mil dólares; el programa de construcción de viviendas para familias obreras y de recursos limitados y la consiguiente eliminación de arrabales; la legislación de fomento industrial con el propósito de crear nuevas fuentes de riqueza y brindar oportunidades de inversión al capital nativo y de ocupación decentemente remunerada al trabajo; el programa de trabajo de emergencia de guerra, con facilidades de empleo para miles de personas desocupadas a través de la Isla y ayuda efectiva para los ancianos desvalidos, los niños necesitados y la población inempleable. Agrégase a esto el plan de mejoras públicas de Seis Años; la legislación protectora de clases, a las cuales se había negado por largos años la debida justicia, tales como los maestros de instrucción, los policías y los chóferes; y la prestación de nuevos servicios sociales indispensables para garantizar el bienestar, la salud y la prosperidad del pueblo puertorriqueño.
Todo este amplio programa de justicia social ha sido debidamente instrumentado en leyes que han estado en franco proceso de cumplimiento desde el año mil novecientos cuarenta y uno en que el Partido Popular Democrático asumió el poder público en Puerto Rico. Los frutos de bien, de justicia y de progreso que contempla esta legislación alcanzan ya a cientos de miles de puertorriqueños a través de todos los campos y pueblos de Puerto Rico. En efecto, se trata de una obra en marcha enderezada a rescatar la tierra y los recursos naturales para el aprovechamiento y beneficio del pueblo puertorriqueño, a levantar los niveles de vida y de trabajo, a poner los bienes materiales y espirituales de la civilización justicieramente al alcance de todas las clases sociales, a vigorizar la economía puertorriqueña y hacer que ésta sirva los intereses y las necesidades de nuestro pueblo.
El Partido Popular Democrático se compromete solemnemente con el pueblo a continuar la obra emprendida en favor de su justicia, dando, como hasta ahora, estricto cumplimiento a la legislación promulgada en favor del mejoramiento económico, social y cultural de nuestro pueblo. Procurará por todos los medios a su alcance dar a ese programa de justicia social la máxima expansión hasta asegurar un más alto nivel de vida y de trabajo a todos los puertorriqueños. Pondrá empeño en que este programa de mejoras sociales se complete en aquellos aspectos en que, por razones económicas o de emergencia de guerra, no ha sido dable hacer una labor de mayores alcances. Además del progresivo cumplimiento de la legislación ya aprobada, el Partido Popular Democrático prestará atención preferente al problema de la seguridad social, a la expansión de la beneficencia médica y hospitalaria, al mejoramiento de las comunidades rurales con servicios adecuados para que nuestra población campesina reciba todos los beneficios de la civilización, al abaratamiento del costo de vida, a la aprobación de leyes razonables y justas de inquilinato, a la progresiva industrialización del país, al desarrollo de la escuela pública hasta el punto en que abarque a toda la población de edad escolar y provea instrucción técnica, vocacional y cultural a tono con las necesidades de nuestro pueblo, a proveer, en colaboración con el Gobierno de Estados Unidos, medidas adecuadas para el reajuste a la vida civil de los soldados puertorriqueños, a la ampliación y mejoramiento de los servicios públicos y a otros problemas económicos y sociales que de fijo contribuirían a mejorar los niveles de vida de nuestro pueblo.
El Partido Popular Democrático se compromete, en suma, a usar el poder público en Puerto Rico hasta el máximo de sus posibilidades para poner término a la explotación y al privilegio, y para seguir estableciendo la mayor justicia y seguridad económica que sean factibles en beneficio de nuestro pueblo.
Comentario
La Asamblea General del teatro La Perla de Ponce tuvo un valor simbólico peculiar. La misma establecía un vínculo con la tradición del Partido Liberal Puertorriqueño que en 1887, en aquel mismo teatro, adoptó un programa autonomista moderado bajo el liderato de Román Baldorioty de Castro. El principio de que el status no estaba en issue significaba que un voto por el Partido Popular Democrático no significaba un voto por la independencia, parece haber sido crucial en el triunfo electoral de dicha organización en los comicios de 1944. Después de todos, el anexionismo había dominado el panorama electora desde 1932 hasta 1940, y la administración Franklyn Delano Roosevelt se oponía a la independencia por cuestiones geopolíticas.
La posposición de la independencia se justificó sobre la promesa de que debía esperarse a que la Guerra Mundial terminara y a que la decisión sobre ese asunto debía tomarse en una elección especial. El PPD aspiraba a que se le viese como una organización radical dispuesta a negociar.
El Programa económico social establecía que la meta última del populismo era la “civilización” y que ello sólo podía garantizarse mediante un sistema que se caracterizara por la “justicia distributiva” y que permitiese acceso igual a los “bienes de consumo”. El lenguaje es característico de los programas socialistas de tradición francesa que concentraban sus esfuerzos en la búsqueda de la democratización de la distribución. Esas ideologías, denominadas “utópicas’ por los socialistas de tradición germánica y rusa, no se planteaban la socialización de los medios de producción mediante una revolución de clase. El programa del PPD seguía siendo una protesta contra el capitalismo.
Lo que está planteado en este documento es una “batalla por la producción”. La actitud coincidía con la forma en que la economía estadounidense interpretó su papel en el conflicto europeo antes de involucrarse al lado de los Aliados en 1942. La “batalla de la producción” debía ofrecerse en un marco de relaciones nuevo en que el “Gobierno” y la “iniciativa privada” combinaran esfuerzos. Se trataba de un nuevo contrato social que estaba de acuerdo con los principios del “Nuevo Trato”.
Las promesas concretas del programa se dirigen en varias direcciones, a saber:

  1. A debilitar el latifundio corporativo, identificado con los intereses azucareros, en beneficio de los sin tierra.
  2. A elaborar una reforma contributiva que facturara más tributos a las grandes empresas capitalistas en beneficio de los pobres.
  3. A elaborar un programa amplio de justicia social y laboral.
  4. Al fomento de la industria.
  5. A desarrollar una reforma educativa acorde con el cambio propuesto.

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