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Un espiritu histórico no puede tener dudas de que ha llegado el momento de la resurrección del pasado, de la afirmación del presente y la esperanza del futuro. Esto es parte de ello.
Ramón Ortiz del Rivero

Ramón Ortiz del Rivero

«Desconfiemos de aquellos que no se ríen ni saben reír», «Dios mío, ¿Por qué me hiciste tan alto, guapo y moreno?, «Dios no me des nada, sólo ponme donde haya que yo me encargo de coger» frases inolvidables de Diplo, que junto al Partido de la corchoneta, llevó alegría y esperanza en sus campañas por toda la Isla. Nunca la hilaridad alcanzó niveles incontrolables como las ocurrencias de su imperecedero personaje,»Diplo». Este nombre será siempre para los puertorriqueños sinónimo de risa y sano bueno humor. Merecido homenaje le rindió Enver Azizi al llevarlo al campo de las Tirillas Cómicas tan en boga en esos momentos.

Tirilla de Diplo dibujada por Enver Azizi con libreto de Torregrosa

FNPCP- Uno de los pioneros de la comedia en Puerto Rico, Ramón del Rivero nació el 29 de mayo de 1909 en el pueblo de Naguabo. En el 1917, sus padres, el licenciado Juan Ortiz Alibrán y doña Providencia del Rivero, se mudaron a la Capital y se establecieron en la calle del Cristo del Viejo San Juan. Allí, Ramón cursó estudios primarios en la escuelita de la Catedral y secundarios en la Escuela Superior Central. También aprendió a tocar piano, guitarra y mandolina con Amelia Maestú y Jorge Rubiano.

Al iniciar su vida universitaria, su padre lo envió a Ontario, Canadá, a estudiar leyes. Pero contrario a los deseos de éste, del Rivero regresó del Norte convertido en un pelotero profesional. De esta forma recibió una oferta para jugar con los Gigantes de las Grandes Ligas, pero no la aceptó por complacer a su padre. Una vez en Puerto Rico, jugó como «siore» con los Senadores de San Juan.

Se casó tres veces durante el transcurso de su vida. En los primeros dos matrimonios, los cuales fueron muy difíciles, procreó tres hijos. Su tercer matrimonio, con Alicia Bibiloni, fue el más afortunado y le dio otros dos retoños. Para mantener a su familia durante su primer matrimonio, dejó su carrera de pelotero y se fue a Cayey a ejercer como maestro de educación física.

Estando en Cayey conoció a quien pronto se convertiría en su compañero de comedias y mejor amigo: Jose Luis Torregrosa. Con la compañía teatral de éste actuó por primera vez en «El proceso de Armando Líos». Ante esta primera experiencia decidió cultivar la actuación cómica. Poco después fue a ver el espectáculo de Leopoldo Fernández «Tres Patines», de quien adoptó la idea de hacer un papel de negro. De ese momento en adelante, jamás quiso interpretar otro personaje, exceptuando su aparición en «La tía de Carlitos» en el Teatro de la Universidad de Puerto Rico en 1954.

José Luis Torregrosa escribió para del Rivero el papel de «Chico Mambí, ladrón de gallinas». Este personaje duró muy poco, pues Ramón se aferró a su creación de «Diplo» con su corbata pequeña, pantalones raídos, chaleco a cuadros y sombrero de marinero. Para crear a Diplo, el actor se inspiró en un personaje que conoció en su infancia en las calles de San Juan, llamado «Diplomacia». Diplo fundó así, junto con Torregrosa, la compañía teatral «La farándula bohemia», donde comenzaría a establecer su fuerza en la comedia nacional.

Con el transcurso de los años, el comediante ganó amplia popularidad con su personaje. Tuvo importantes actuaciones en programas radiales que él mismo escribía, tales como «Los embajadores del buen humor», «La vida en broma» y «El tremendo hotel». También incursionó en la televisión, donde el público le aclamó por sus actuaciones en «La Taberna India» y «A mí me matan, pero yo gozo». En 1946, el periódico El Mundo creó una tirilla cómica sobre el negrito Diplo, siendo ésta la primera y única vez que un personaje del ambiente artístico puertorriqueño recibe tal distinción.

Además de actor, del Rivero triunfó como compositor de temas como «¿Por qué será?», «Ya me olvidaste», «Comienza el fin», «Así es», «Me gustó» y «Dondequiera que tú vayas yo iré». Ésta ultima fue su canción más difundida y dio las bases para una película de Columbia Pictures en la que aparecería Diplo con Rita Hayworth. Este largometraje nunca pudo filmarse por la súbita muerte de del Rivero.

Diplo conquistó la pantalla gigante con su actuación en el filme educativo «Los peloteros». La cinta, realizada por Jack Delano, se considera un clásico de la cinematografía nacional. Igualmente actuó en la película «Una gallega en La Habana».

Ramón del Rivero, más que por su talento artístico, fue admirado por ser un verdadero humanista y patriota. Cuentan los que le conocieron que ayudaba a todo aquél que podía, especialmente a las víctimas de cáncer. Caminó de Ponce a San Juan para recaudar mil dólares para la Liga Contra el Cáncer. Sirvió de entretenimiento para los soldados puertorriqueños durante la Segunda Guerra Mundial. Diplo fue un símbolo de una época en que el puertorriqueño se levantaba con voluntad contra la injusticia social.

Ramón del Rivero murió de un aneurisma congénito a los 47 años, el 24 de agosto de 1956. Antes de morir preparaba una brigada de rescate para socorrer a las víctimas del ciclón Santa Clara en el pueblo de Yabucoa.

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