Lionel Valentín
Publicación autorizada por Lionel Valentín Calderón, artista, escritor y Siervo del Señor.
Antes de comenzar cada pelea, con Puerto Rico en el corazón, afirmaba: «Como siempre le dedico esta pelea a mi fanaticada, a mi Puerto Rico querido.».
El «Niño de las Monjas»,aquel humilde sector de Hato Rey, no soñaba con ser boxeador, pero sí quería ser rico y famoso. Sus anhelos era ser jockey como Angel Junior Cordero vecino del barrio. El cuerpo de Wilfredo era de boxeador no de jinete. Aprendió en las calles a tirar puños y un antiguo aspirante a boxeador llamado Chule le enseñó las nociones básicas.
El apoderado Yamil Chade lo inició en el boxeo profesional. Ganó 15 mil dólares con los cuales le compró un taxi a su padre.
La noche más gloriosa de su carrera fue el 28 d e octubre de 1 1978. Se enfrentó a Carlos Zárate y lo derribó en el quinto asalto. Obtuvo tres títulos mundiales y desde 1986 cuando perdió pelea en el título junior ligero, se sumió en un periodo de años de desorientación y problemas.
El héroe había dejado de ser aclamado. El público lo olvidó y se lo tragó el ocio y la falta de dirección. De victorioso ídolo del pueblo a marginada víctima de los crueles males de nuestra sociedad, este tres veces campeón mundial es una de las grandes glorias del deporte puertorriqueño.
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